Por cada participación la Federación Nacional de Fútbol recibió aproximadamente 200 millones de lempiras que sirvieron para financiar la preparación no solo de la Selección mayor, sino también de las selecciones menores que han participado, aunque con poco éxito, en los campeonatos mundiales Sub-17 y Sub-20 que se celebran cada dos años.
La caída actual tiene como consecuencia que no vamos a recibir 280 millones de lempiras que servirían para financiar al balompié en los próximos cuatro años.
Esto hará que las posibilidades de clasificar a los mundiales de menores e incluso al mundial adulto de Qatar 2022 disminuyan notablemente porque no habrá dinero para fogueos y otras prebendas a las que nos acostumbramos.
Paralelamente el fútbol dejará de ser por lo menos durante el próximo año un rubro atractivo para que los patrocinadores que tuvo la Fenafuth en los últimos años decidan invertir dinero.
Además el ranking de la FIFA nos tiene en muy mala ubicación por lo que será difícil también conseguir fogueos como en los últimos cuatro años cuando gracias al currículum de Jorge Luis Pinto logramos foguearnos con grandes selecciones como Brasil y Argentina.
Para colmo de males somos uno de los pocos países del mundo que dilapidó por corrupción los fondos que la FIFA otorgó para la construcción de los Proyectos Gol y que por lo tanto no tenemos ninguna instalación con las facilidades que sí tienen la mayor parte de países de la Concacaf.
El mismo Torneo de la Liga Nacional deberá sufrir el impacto de la eliminación en las ya pobres recaudaciones que por asistencia de público está obteniendo.
La pregunta es de dónde sacará Honduras el dinero para manejar el fútbol que sigue siendo la única diversión nacional que nos une a todos sin distinción de raza, credo, religión o partido político.
El nuevo gobierno deberá destinar importantes cantidades de dinero para que el fútbol no se deprima y nos haga retroceder tantos años y logros que tuvimos.
La construcción a nivel nacional de escuelas multideportivas con énfasis en el balompié y con entrenadores que enseñen a los niños es una tarea que nunca se ha hecho y resulta urgente emprenderse para que nuestra nación aproveche el excelente talento humano que tiene y pase a ser la potencia, por lo menos centroamericana que deberíamos ser.
No debe ser una tragedia el no participar en Rusia 2018, pero lo es porque una población pobre con tantos padecimientos en calidad de vida se alimentó durante los últimos años de las alegrías que le produjeron los triunfos y participación internacional de nuestra Selección Nacional.
No solamente nosotros quedamos afuera del mundial, tampoco asistirán países como Italia, Chile, Holanda y Estados Unidos que venían clasificando e incluso fueron sede de campeonatos mundiales.
Más doloroso es lo de Italia, cuatro veces campeón mundial que no faltaba a la gran cita desde 1958 y es considerado una potencia.
El mundial que veremos por televisión contará por primera vez con la participación de muchos países ligados al mundo árabe como Túnez, Marruecos, Arabia Saudita, Egipto e Irán.
Pensar en contratar hoy a un nuevo técnico extranjero o renovar el contrato de Jorge Luis Pinto no es la solución en este momento.
Primero las personas ligadas al fútbol debemos tener muchas reuniones analizando las cosas que se hicieron bien, por qué se hicieron mal otras y entender que en los mundiales de Sudáfrica y Brasil fuimos solo participantes sin ninguna posibilidad de llegar a la segunda fase por lo que haber clasificado a Rusia hubiera sido demasiado premio para una escuadra claramente inferior a las que lograron el objetivo en las tres ediciones pasadas.
Nuestra participación inicial en el Mundial España 82 seguirá siendo la más importante porque estuvimos a punto de pasar a la segunda ronda del torneo y exhibimos una excelente imagen que contrasta con las que dimos en 2010 y 2014.
