Hoy parece un entrenador más estilo latino. Esos que se encaprichan con un equipo, con un grupo de jugadores o en un estilo, aunque todo ello no los lleve a nada.
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Ahora, eliminada en la fase de grupos por primer en su rica historia, Alemania afrontará una nueva revolución.. Como siempre, después de una derrota o un papelón.
La gran pregunta que me viene a la cabeza es si Löw estará al frente de ella o no. Preferiría que no continúe pero no sé si esa filosofía (que respeto profundamente) de confiar en procesos, lo impida.
Neuer por Ter Stegen. Özil y no Sané; Müller, Mario Gómez, Sami Khedira, Jerome Boateng y así puedo darles una lista de jugadores que no llegaban en buen nivel, sin embargo, Löw los puso por encima de jugadores que llegaban mejor y más frescos. En ello radica mucho el fracaso de esta selección alemana. También su estilo puede ser señalado. Jugar sin un “9” o un “killer” como suelen hacerlos onces alemanes en cada certamen que compiten, es desde ya el otro aspecto que será comida de la prensa alemana.
Su juego, casi una “copia” de la España eliminada en 2014 en esta misma circunstancia, sin duda, es un hándicap que Löw pudo ver pero que su sobre confianza en ella lo cegó hasta el colapso.
Löw habló y dio la cara: “Necesito algunas horas, también estoy sorprendido de que no hayamos logrado vencer a Corea del Sur y peor perder. Cómo sigue esto es que tienes que hablar de eso en paz (respecto a su continuidad). Para mí es muy temprano, tengo que reunirme con la Federación. Estoy extremadamente decepcionado con la partida de esta forma de la Copa del Mundo”. Se sorprendió él. Los que habíamos visto las actuaciones de Alemania, no.
