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Cerramos el 2018, los resultados y el rendimiento antes de la doble fecha FIFA de noviembre fueron precarias y alarmantes, derrotas ante Corea del Sur y El Salvador, además un empate ante Emiratos Árabes que pintaba un panorama sombrío y poco alentador.
El triunfo y la actuación convincente ante Panamá en el estadio Nacional, volvieron a darle plusvalía y credibilidad a la Bicolor, la goleada ante Chile no ha sido recibida como tal y fue accidental e influenciada por un funesto arbitraje del peruano Michaell Espinoza.
El desconocido Jorge Jiménez para seguir con el interinato que había dejado Carlos Tábora dejó más cosas positivas que negativas. Pero 'ojo', no nos engañemos y no nos empalaguemos por los avances que mostró la Bicolor ante Panamá y Chile porque pueden ser tramposos para los partidos de Copa Oro y las eliminatorias.
El nivel de las selecciones del área ha sido decadente como los de México, Estados Unidos y Panamá, a excepción de Costa Rica que me ha dejado perplejo sus triunfos ante Chile y Perú.
La Fenafuth debe de dejarse de cuentos con esos de los técnicos interinos ya que 'el tiempo perdido hasta los santos lo lloran', se requiere de un proceso revolucionario con la Selección, con jugadores comprometidos con la causa, tanto los locales como los extranjeros y solo así podemos pensar en regresar en la élite de los mundiales y convertirnos en una sensación en la eliminatorias.
