Ahora la situación aprieta entre signos de nervios a Juticalpa y Vida, dos de los clubes que yacen en la última posición con 22 unidades, únicamente separados por diferencia de goles.
Es cierto que el Vida sigue sin encontrarse, es cierto que tienen falta de contundencia en el ataque, es cierto que están desesperados, es cierto que el tema anímico está pasando factura, es cierto que algunos jugadores no se sienten comprometidos con la institución, es cierto que la directiva con su mala organización ha descuidado a sus jugadores porque en tiempos de lesiones no responden, son ellos quienes buscan cómo recuperarse solos y ante la salida de Raúl Sambulá, es cierto que no era él problema.
Pero también hay una realidad que está ante nuestros ojos y nadie lo ha dicho de cierta manera: a la población y fanáticos de La Ceiba no le interesa el equipo y no les importa si desciende o no a la Segunda División de la Liga Nacional de Honduras, tal y como pasó con el Victoria en el 2016.
La razón por la que hago énfasis en ello es que claramente prefieren irse a la playa, al río o algún parque recreativo en lugar de ir al estadio apoyar al único equipo sobreviviente en la Primera División, el cual tiene 78 años de historia y que además tiene en su palmarés dos títulos.
Mientras el Vida jugaba ante Real España, los centros turísticos de las playas estaban repletos.
A ustedes que predican ser hinchas del Vida en las redes sociales no tienen excusa, los precios y los horarios de los partidos son accesibles, pero no, los tiempos han cambiado, ahora me da tristeza ver que en las graderías del estadio Ceibeño apenas llegan 1.500 hinchas para un inmueble que acoge a 20 mil personas, mientras los restaurantes en las playas y balnearios estaban llenos; y eso que no había energía eléctrica en la ciudad -aunque no es la primera vez que pasa en este torneo y anteriores-.
Si el Vida llegase a descender -en lo personal espero que no- ustedes serán los culpables por dejar al equipo solo cuando más lo necesita, por no hacerse sentir, por no apoyar en la parte financiera, porque de allí se desprende todo.
-'Nosotros creemos en ti'- decía una pancarta colgada en el estadio durante el encuentro ante Real España, nada más un título de hipocresía barata porque unos 20 minutos antes que finalizara el encuentro la descolgaron. Recuerden en qué momento le dieron la espalda al equipo.
La reflexión está al alcance de todos, hoy termino este blog esperando que me callen y que las próximas fechas en casa, verdaderamente se hagan sentir.
