La distribución en el campo era de un 4-2-3-1, Casemiro jugador importante del Madrid de Zidane a lo largo de las dos etapas del entrenador francés en Chamartín, ayer comenzó el partido en el banco de suplentes. Porque jugó de diez puro, Martin Ødegaard, el noruego que fue fichado por el Real Madrid a los dieciséis años y fue cedido por varias temporadas a diferentes equipos europeos para lograr formarse en el profesionalismo. El último equipo que tuvo su ficha; fue precisamente el equipo de San Sebastián.
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Con el noruego en su posición natural y cumpliendo un rol ideal, el Madrid jugó un buen fútbol, Luka Modric y Karim Benzema se vieron beneficiados del buen toque de balón del número veintiuno del Madrid. Pero faltaba definición en el área, Benzema no brindó las mismas sensaciones del final de la temporada pasada, ahora con una micro sociedad más en el campo, podría jugar más tiempo en el área.
Vinicius y Rodrygo jugaron por los extremos, Zidane busca generar y ganar duelos individuales por los costados, les brinda confianza constantemente a los brasileños y ellos por momentos parecen sentirse respaldados en el campo. La exigencia en el Madrid es grande y lo será más aun cuando ya se jueguen los partidos de competición europea.
Hubo dos versiones del Real Madrid, una versión donde los de Zidane dispusieron del balón y gestionaron bien su tenencia; otra mucha más física y directa. Al minuto sesenta nueve, el entrenador francés sintió que su equipo necesitaba apresurar la marcha e ingresaron Casemiro, Valverde y Marvin Olawale, este último campeón de la Liga Juvenil de la UEFA, con el Juvenil A que dirige otra leyenda madridista; Raúl González Blanco.
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El Madrid perdió fútbol, pero ganó en velocidad. Hazard no fue convocado, Bale ya no está y el equipo de Zidane comienza la defensa de su título con un empate contra la Real Sociedad, un equipo donde figura un campeón del mundo; David Silva. Que tiene entre sus figuras a un delantero sueco de veintiún años: Alexander Isaak y a un mediocentro como Mikel Merino con gran capacidad para el juego posicional.
Así comenzó la liga para el Real Madrid, llena de desafíos, con puntos que mejorar y con Martin Ødegaard jugando con Zidane.
