Ahora con Joan Laporta ya en todas sus facultades de dirigir el futuro del club blaugrana y su promesa de volver a todo aquello que representó, representa y seguirá representando la figura de Johan Cruyff, siento que tiene la imperiosa oportunidad de manifestar todo el cruyffismo que ha dicho llevar. Porque Ronald Koeman, actual entrenador del Barça, no refleja los principios posicionales que alguna vez instituyó su compatriota e incluso entrenador en el Barcelona.
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Pero: ¿Qué es jugar un juego de posición en el Fútbol Club Barcelona? Primero sería lograr sentir el modelo, interpretarlo desde el orden que da la pelota y así poder transmitir sus principios y momentos con y sin balón. Saber que hacer cuando se dispone de la pelota y qué hacer cuando no se dispone de ella. Josep Guardiola no dejó un problema cuando se fue de su club de infancia, dejó un reto fascinante y mayúsculo, que a lo largo del tiempo el cómo, las formas y las maneras se han alejado cada vez más del juego.
De cruyffismo y otras realidades blaugranas. De Messi todos tenemos una idea, un texto que vamos a escribir y/o leer para el día que anuncie su decisión final. El mejor jugador en alguna vez jugar este juego vestido de culé, que come en la mesa de los cinco grandes de este deporte, estará en todo derecho que su decisión sea respetada. ¿Qué hará la junta del Barça si Messi se va? ¿Están preparados? ¿Quién podría sustituirlo? Esas son las preguntas que se debe hacer el socio culé y quienes ejecutan, no estar pensando en ganar una Liga que seguramente será del Real Madrid.
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Quien sea socio y seguidor del Barcelona debe exigir jugar, jugar bien, jugar un juego de posición altamente reconocido y que sus jugadores se puedan sentir identificados con este modelo de juego. Esta fue la ruta marcada por aquellos que pensaron que diferentes individuos se pueden organizar gracias a la pelota y así superar líneas de presión; porque eso es el juego de posición.
Si el Barcelona gana La Liga estará tapando muchos errores futbolísticos y decisionales de la junta anterior. Ter Stegen queriendo rematar al último minuto como delantero fuera del área no es una hazaña épica, es todo lo contrario; desorden monumental de un equipo que vive de improntas en el campo. Esas acciones de fantasía que las dan jugadores como Messi o Pedri parecen archipiélagos perdidos en el mar, el Barcelona no puede vivir de eso; necesita mucho más en los grandes partidos…
