Liga Nacional

Reynaldo Clavasquín: 'No sé hasta dónde Diego no se sintió con confianza en mí”

El técnico del Platense confiesa las razones por las que salió del Motagua y también sobre su relación con la “Barbie” Vazquez.

2016-11-18

Reynaldo Clavasquín vive un momento de gloria con el equipo de sus amores. Su paso por el Motagua le sirvió para crecer como futbolista y entrenador. Su salida de la institución no fue la mejor, pues siente que no se le dio el mismo respaldo que a otros entrenadores. Ahora de la mano del Platense quiere lograr el éxito como técnico.

Muy pocos saben que un día jugaste en Escocia y por la tarde no estabas más en esa liga.
Me llevaron a pasear, a conocer, fue algo raro, recuerdo que me senté con el presidente del Dundee United, eso fue en San Pedro Sula después de un partido eliminatorio, todo quedó arreglado, pero lo raro era que yo tenía que firmar mi contrato en Escocia, te diré que el presidente del equipo escocés tuvo un problema personal que lo obligó a salir del país, me dijeron que había ido a Portugal. Luego no me quedó de otra que regresarme a Honduras.

No era un hombre confiable el presidente de ese equipo, todo indica que era un delincuente.
No podría decirte si lo era, al principio todo estaba muy bien, le caí excelente al entrenador, todo cambió en un abrir y cerrar de ojos, al final solo fui a conocer el país, no tuve ningún juego importante, me sorprendió mucho lo que pasó porque todo se había arreglado de acá.

Foto: Diez

Reynaldo Clavasquín está realizando tremenda labor como técnico del Platense.



En tu faceta como entrenador de Motagua, los dirigentes confiaron en vos. ¿Qué pasó, te parece que aún no estabas preparado para asumir ese reto?
Siento que fue muy buena mi etapa como entrenador del club, no llegaba en una situación como la que vivo ahora, con más experiencia, pero a mí me dan el equipo cuando faltaban seis fechas, estaba el colombiano Jaime de la Pava, recuerdo que fui como interino, creo que nadie recuerda que logré clasificarlo, no quiero decir que haya sido por mí, pasa que el Motagua tiene una estructura y la meta es campeonizar.

¿Cómo podés seguir creyendo que todo salió bien? Si en ese mismo torneo jugaste la semifinal contra el Olimpia y en los dos partidos te metieron siete goles.
Correcto, fueron varios goles, pero como interino se logró el objetivo dentro de la institución, el equipo tuvo un repunte por pelear una plaza de clasificación y la logró, eso es muy común en Motagua, se debe clasificar a todas la liguillas, lo que pasa es que Motagua ha sido un equipo que no es contante, entra y sale, por rato desaparece y no entra en los mejores seis, cuando yo lo dirigí solo ingresaban cuatro.

¿Estabas preparado para dirigir un equipo como el Motagua o fueron los dirigentes que se apresuraron?
Considero que me dieron ese apoyo, también sentía que había mucha presión de parte de ellos, me sacaron por hacer 13 puntos en la primera vuelta y traen a Juan de Dios y no logra clasificar, mira qué cosa, la misma cantidad de puntos que yo hice y que luego me cortaron, esa misma cantidad sumó Hristo Vidakovic y lo dejaron todo el torneo, te hablo que todo eso pasó en la primera vuelta del certamen.

Foto: Diez

Limber y Reynaldo Clavasquín después de la entrevista.



¿Sentís que los dirigentes se apresuraron en cortarte a pesar que no se estaban logrando los resultados?
Claro que sí, igual pasó con Diego, logró sumar los mismos trece puntos en la primera vuelta, lo dejan y alcanzó clasificar al equipo, luego el club ha tenido una constancia, pero no en metas.

¿Qué pasó para que no lograras trabajar en armonía con Diego Vásquez? Siempre intentó boicotear tu trabajo cuando estabas en las reservas del Motagua.
No sé hasta dónde él no se sintió con la confianza en mí, quizás por el puesto del primer equipo, ¿no?, te aclaro que nunca pensé en eso, he sido una persona que he respetado a todos los técnicos que estuvieron en el club, las cosas siempre vienen de a poco y por su propio peso, llegué a reserva para construir un proyecto por cuatro años y nunca pude trabajar con él, nunca hubo comunicación, cuestionamientos, nunca dio lineamientos como entrenador principal, cada quien trabajaba por su lado, pero siempre supe mi objetivo que era la formación del jugador, no importaba si le gustaba o no.

Foto: Diez

Reynaldo Clavasquín saludando a Limber Pérez.



¿Hubo algún tipo de enfrentamiento entre ambos?
No, para nada, solo un día logré reunirme con Diego, estaba el presidente de las reservas, fue la única, lo bueno de esto, a pesar que no trabajábamos en conjunto, es que cada quien se metió a lo suyo, lo que más lamento es que varios jugadores han desaparecido del equipo.

¿Por qué la mayoría de tus excompañeros futbolistas te desean el mal?
No creo que me desean el mal, tampoco puedo creer que duden de mi capacidad, yo he demostrado la capacidad que tengo para hacer mi trabajo, eso ha pasado en el Platense, vine convencido que mi labor iba a salir muy bien, sé que he adquirido mucha madurez, mucho conocimiento, no lo sé todo, pero he aprendido mucho.

¿Es una casualidad lo que está viviendo el Platense?
No puede ser una casualidad esto, en el fútbol nadie gana por casualidad, esto es cuestión de planificación y organización, lo que pasa es que soy un hombre muy fortalecido, a pesar de que el ambiente en el Platense no era bueno, pero había algo bueno, siempre supe que el Platense iba a ser un equipo protagonista en la Liga Nacional.

Todo indicaba que ibas a cosechar un nuevo fracaso, te dieron un equipo con 14 jugadores separados del plantel.
Tengo que aclarar que no los separé, me entregaron una lista de jugadores que la directiva había separado del club, luego me dieron otra de quiénes debían presentarse en la fecha indicada de la pretemporada, la clave de esto en el fútbol es el trabajo, te diré que cuando les di a conocer el primer informe a la directiva, les dije que estábamos muy contentos y muy satisfechos con el plantel que teníamos, recuerdo que se quedaron mirando entre ellos, no fue fácil convencerlos, creo que no me creían.

Foto: Diez

Limber y Clavasquín se dieron un paseo por Puerto Cortés.



¿No te parece que la directiva del Platense te nombró como entrenador solo para que el agua pasara?
Sin duda, lo que deseaban era que el club no estuviera en peligro de descenso, ellos querían a alguien que llevara al equipo a acumular la mayor cantidad de puntos, siempre les dije que este combinado iba a llegar muy lejos, mi objetivo como entrenador es consolidar los jugadores del Platense, y luego fortalecer un trabajo, que es la carrera de todos nosotros.

Este Platense era como lobos hambrientos en la selva, nadie respetaba a nadie, jugadores que boicoteaban el trabajo a los entrenadores. ¿Cómo has logrado un cambio?
No es fácil encontrar un equipo así, totalmente desordenado a nivel de jugadores, eso fue una de las cosas que nosotros les pedimos a los futbolistas, orden, disciplina y confianza; devolverle la confianza al jugador del Platense no era fácil, encontrar de nuevo el estilo y el orgullo.

¿Cuál ha sido tu mayor logro como entrenador?
Lo que estoy viviendo con el Platense. No es fácil arrancar con un equipo que no tenga mucho dinero.

Foto: Diez

También conversó sobre el tema de Diego Vazquez.

¿No eliges a Ramón Maradiaga porque la relación que tienes con él es muy buena?
No es difícil elegirlo a él, trabajé tres años como jugador, luego hice cinco como su asistente, ahí van ocho años bajo el mando de él, lo que te enseña, lo que aprendes en el terreno de juego con él, es impresionante, los trabajos tácticos de Jaime de la Pava fueron muy buenos para mí, no digamos las labores técnicas que hacen los mejicanos, pero cuando me refiero a todos los detalles que necesita mejorar un futbolista los encontré en Primitivo Maradiaga, es un perfeccionista, un observador, no se le cae ningún detalle y cuando crees que algo se le ha ido, es porque lo ha dejado pasar.

Todo lo que lograste captar de esos grandes entrenadores que han venido al país, ¿este Platense lo refleja en el terreno de juego?
Claro que sí, mis entrenamientos consisten en repeticiones, señalamientos, el éxito en el fútbol está en corregir y repetir, tienes que convencer a los jugadores que el talento y la energía son claves para ser triunfadores, pero tengo que prepararlos para que luego puedan hacer una diferencia.

¿Has contado a tus hijos sobre el gol que le anotaste al Olimpia y luego se desató la furia del huracán Mitch?
Sí, claro, pero eso fue la furia de la naturaleza, en ese año nació mi hija, fue algo impresionante, algo sonado y que luego se hizo realidad. En mi vida me han pasado cosas que siempre soné desde niño y esa fue una de ellas, definir un campeonato.

Foto: Diez

Clavasquín aclaró lo que pasó con Amado Guevara en una final de la Liga.



¿Ese gol fue producto de la virtud tuya o fue por pura guasa?
Virtud, el disparo fuerte siempre fue una de mis virtudes, además, nunca sentí vergüenza en disparar al marco rival, eso es parte del éxito de un futbolista, hoy he visto que el jugador no quiere disparar a la meta, porque el balón puede irse lejos y la gente lo va a silbar, ese día le pegué con mucha fe, yo era el penalero número uno ese día contra el Olimpia, recuerdo que yo agarré la bola y luego Amado me la pidió, no había ningún problema y se la entregué, lástima que luego falló.

¿Qué tanto miedo le tenías a Amado Guevara que le entregaste una responsabilidad que era tuya?
No le tuve miedo, le entregué el balón por la confianza que había entre todos, había armonía, cuando le pedí un balón parado en su momento, él nunca dudaba en entregarme la responsabilidad, eso habla de la buena relación que había entre ambos en el terreno de juego, él quería convertirse en el héroe de esa noche, sin llevarse él solo la gloria, todo es trabajo de equipo en el fútbol, no tuve ningún problema en cederle la pelota, lástima que Donaldo González le tapó la bola.