Liga Nacional

Hermelindo Cantarero, el cazatalentos que pule sus joyas en medio de la pobreza

El escauteador más reconocido de Honduras trabaja en una de las colonias más peligrosas de San Pedro Sula

2016-09-30

El viaje es ameno. Hermelindo Cantarero cuenta anécdotas mientras el vehículo avanza rumbo a la colonia Alfonso Lacayo del sector Rivera Hernández. La conversación es interrumpida por el sonido del modesto celular del escauteador más afamado de Honduras. Al colgar la llamada se despide hablando en garífuna “a butí, a butí”, vocifera entre carcajadas.

Desde hace dos años, después de sus labores en la reserva de Marathón, Cantarero viaja todas las semanas a ese sector para trabajar con un grupo de niños y adolescentes de esa comunidad. En ese espacio aprendió algunas palabras del dialecto garífuna. “Buity binafi”, dice a su llegada al descuidado campo donde entrenan. Abraza y saluda a los chicos.

FOTOS: ASÍ PULE EL TALENTO EN LA COLONIA ALFONSO LACAYO, SÉCTOR RIVERA HERNÁNDEZ

Foto: Diez

Hermelindo cantarero trabaja en la Alfonso Lacayo junto a Janier Martínez.

La cancha está rodeada de árboles y matorrales. La grama no es verde y en grandes espacios solo hay polvo. Hace falta agua y los niños visten calzonetas de diferentes colores. “Lo hago con toda la alegría. Niños que no tienen alimentación ni agua, pero vienen a entrenar”, describe.

“Canta”, como es conocido en la atmósfera futbolera, es una leyenda viviente del fútbol hondureño. Ha recorrido Honduras buscando talentos. Asegura que en los 42 años que lleva como escauteador, pasaron frente a sus ojos unos 18 mil jóvenes. Una larga lista triunfó.

Y ahora, con 60 años, se ha internado en uno de los rincones más peligrosos de San Pedro Sula. Se menciona que este territorio es dominio de bandas y maras. La muerte deambula por sus calles, pero nada de esto impide que Hermelindo viaje cada semana a ese sector. “A veces solo tengo trabajo para venir”, confesó.

No le gusta la forma en que se hace referencia al populoso grupo de colonias. “Sé que aquí hay mucho futuro, lo que pasa es que se le ha dado una mala imagen a la zona, se necesita gente que ame el trabajo con jóvenes, no que los denigre. Los chicos valen mucho”.

Foto: Diez

Cantarero está pendiente de sus niños.

Una vez pasado el saludo de rigor a Janier Martínez, quien es responsable de su presencia en ese sector, comenzó el trabajo: “Regrese de espalda, hijo”, “no importa que ande sin zapatos”, “no hay dinero para el agua, pero vamos a seguir luchando”, eran algunas de las frases que repetía “Canta” a los muchachos.

El equipo al que apoya este destacado personaje del fútbol hondureño es el Atlético Lacayo, cuyos miembros oscilan entre 10 y 16 años. “Él me trata como un hijo”, dice Daniel Castillo, a quien considera un gran talento.

Cantarero fue el hombre que descubrió futbolistas como Dolmo Flores, Julio César de León o Juan Manuel Cárcamo. Aseguró que cuatro décadas no le han dejado dinero, solo algunos detalles especiales como el día que escuchó su nombre en boca de Rambo de León en la Rai Internacional (tv italiana). “Ese día lloré”, recordó.

Su intensa búsqueda no ha terminado: “Guarden las imágenes que tomaron”, aconseja y luego dice, “porque algunos de aquí estarán en la Selección”, esa es la pasión que lo ha guiado en sus 42 años de servicio al fútbol.

En la Lacayo se valora su trabajo y él piensa que todavía tiene cuerda para unos cinco años más. Se ve tranquilo y tiene una solicitud que va hasta al cielo. “Yo le pido a Dios que mi muerte sea en una cancha de fútbol”.