Eres de los pocos entrenadores que ha logrado estar en varias eliminatorias mundialistas con Honduras, Guatemala y El Salvador, pero no has pegado ninguna.
Esto es cosa de hablar tanto, porque es una función unilateral. Con Honduras nos quedamos cuando teníamos que ganar por 11 goles (a San Vicente), lo hicimos, luego lo demás no nos acompañó porque México esa vez perdió y ese resultado nos eliminó. Ese fue el proceso que yo estuve realmente, era el asistente de Primi, estuve en Guatemala y cosas también de fatalidad nos dejaron al margen. Nunca había estado tan cerca la selección de Guatemala de ir a un mundial y con Primitivo se hizo un buen trabajo. Luego sucedió esto de El Salvador, donde hubo problemas de jugadores por el tema de amaños de partidos y que fueron sancionados.
¿Cómo vivieron estos meses al frente de El Salvador?
Participamos con jugadores que antes eran tercera opción, con un país que no es potencia, realmente tuvimos un valor terrible de dirigir a El Salvador, pero lo encaramos, le hicimos frente. Lamentablemente el desenlace fue muy malo. El Salvador no asiste a un mundial desde hace 34 años y esta vez quedó fuera nuevamente, no porque llegaron Maradiaga y Gilberto. Es una federación con muchos problemas y lo hemos sufrido como le ocurrió a otros colegas en el pasado.
¿Quién los enganchó para fichar con El Salvador, creyeron en una hazaña o simplemente fue porque el ser humano necesita trabajar?
Los contactos los hicieron con Maradiaga, lo llamaron y sabíamos que estaba dura la situación, pero decidimos ir, fuimos a hacerle frente. Y te cuento, en un principio Maradiaga analizó en dejar el puesto en plena cuadrangular, eran tantos los problemas que se pensó en abandonar de inmediato, vivimos momentos complicados, con muchas limitaciones, pero se trabajó en lo que se pudo.
¿Vas a seguir dirigiendo después de todo lo que has vivido?
No lo sé. No sé cuándo el balón se parará, nadie sabe, la pelota rueda todo el tiempo, si sale propuestas las analizaré y veré si es conveniente o no continuar.
La afición en Honduras ama a Gilberto el jugador, pero al contrario, ellos quisieran ver a otro como entrenador, ellos te cuestionan mucho, no te quieren. ¿Qué piensas de eso?
Hay un grupo que me cuestiona porque no he logrado lo que alcancé como jugador y eso es importante, he tenido algunos inconvenientes que se han dado y no los pondré como excusa, no va con mi personalidad, sigo perseverando y luchando con el objetivo de lograr más, salí campeón con el Motagua, donde algunos decían que no era posible lograrlo con ese equipo.
PRIMERA PARTE DE LA ENTREVISTA CON YEARWOOD
-Perdona que yo te haga esta interrogante. ¿Quién es campeón sin equipo?
No sé, eso me lo puedes explicar vos. Nadie, eso es clave en el fútbol, estuve seis años en Guatemala, dirigí a un club recién ascendido, Xinabajul y lo metí en las semifinales, nos dejó fuera de la final el Municipal, ascendí a la Universidad de San Carlos y cuando estaba dirigiendo al Atlético Olanchano todo iba bien, lo que pasó fue que tuve que irme a Guatemala para ser asistente de Primitivo Maradiaga.
Pero la gente no deja de tener razón en cuestionarte, si un entrenador quiere salir campeón en Honduras, debe de dirigir al Olimpia, lo tuviste y te fue mal, no lograste nada.
No terminé lo pactado, mi agradecimiento para los jugadores, estaban bien encaminados, los dirigentes decidieron que se necesitaban un técnico de experiencia y apostaron por Julio González y no tenía la experiencia de Julio; incluso, él fue técnico mío, uno debe entender ciertas cosas y eso fue lo que se dio, el equipo estaba en segundo lugar por arriba del Motagua en ese momento, pero son de esas experiencias que suceden en la vida, logré capitalizar lo positivo de mi paso por el Olimpia.
¿Tiene razón ese grupo de aficionados y de la misma prensa en querer cuestionar la capacidad de Gilberto como entrenador?
En esta vida si tú piensas una cosa y estás convencido de ello, no te lo pueden quitar, yo sé que tengo mucha capacidad y eso es lo más importante, no me voy a achicar por lo que piensen los demás, muchas cosas se piensan de las personas, que si se dejaran caer por lo que les dicen estarían muertas o acabadas.
¿Qué es lo que necesita Gilberto para llegar a ser un entrenador lleno de éxitos, así como lo fue en su etapa de jugador?
Primero, la oportunidad que todos esperamos, con el tiempo la vida y Dios dirán si ha valido la pena dedicarse a esta carrera.
Gilberto, los años pasan y pareciera que te los comés, físicamente te mirás muy bien.
Le doy gracias a Dios por conservarme saludable y mantenerme de esta manera, el fútbol se lleva en la sangre y cada vez que puedo practicarlo, lo hago, hoy en día la persona se cuida más y eso es lo que yo he puesto en práctica.
Gilberto habló ampliamente con DIEZ sobre la experiencia dirigiendo en El Salvador.
Es sencillo, comer lo justo, sabes que todo exceso paga su precio, lo que pasa es que yo siempre he tenido mucho cuidado, normalmente me ha gustado hacer las cosas con medida.
¿Te has sentido mal de salud en estos últimos años? Te lo pregunto porque varios compañeros tuyos no han estado bien y a esta edad es cuando el hombre comienza a caerse a pedazos.
No, ha sido muy importante que Dios me conserve con salud, la salud es la clave de la vida, de lo contrario es imposible sentirse bien en este mundo.
Cuando jugaste con apenas 17 años en la década de los 70, el fútbol era muy bravo, había jugadores rayados, cómo fue posible eso si apenas eras un niño.
Sinceramente deberías preguntarle a Chelato, él tuvo la visión, me he sentido un bendecido en haber caído en la mano de él a temprana edad, eso me ayudó mucho para mi vida social y deportiva, fue un momento importante y siempre estaré muy agradecido con él.
¿Qué tan determinante fue el profesor Chelato Uclés en tu formación?
Determinante como sucede en muchos casos, todas las personas tenemos a alguien que ha sido puntual en la vida de uno y el profesor Chelato ha sido muy importante en mi vida y eso fue una bendición y lo menos que puedo hacer es agradecerle para siempre.
¿Cómo fue el asunto, te vio jugar o lo buscaste para que te observara?
Yo jugaba en San Pedro Sula, en un torneo colegial en el instituto La Salle, me había ganado una beca por el fútbol, me vio jugar en ese campeonato y luego le interesó que yo formara parte del Real España, llevo a Arzú, Bailey, Jimynson, Corleto, ellos eran prácticamente uno o dos años mayores que yo.
¿Alguna vez soñaste con compartir camerino con el “Mágico” González?
justamente cuando Jorge llegó a España, yo ya llevaba cinco años. Con el ‘Mágico’ nos une una grata amistad, ahora que estuve en El Salvador compartí mucho jugando con él.
