En 1982 despidió a nuestra Bicolor el famoso equipo Gremio de Porto Alegre, Brasil, un club lleno de estrellas que se sumó a otras grandes escuadras como el Real Madrid de España capitaneado por el actual técnico español Vicente del Bosque, que también jugó contra la Selección 26 días antes del debut de Honduras en el Mundial de España.
Estos juegos de despedida deben hacerse a estadio lleno. Hace 32 años el Estadio Nacional de Tegucigalpa tuvo ese honor y hace cuatro años, en abril de 2010 el estadio Olímpico de San Pedro Sula fue el escenario para la visita de una débil escuadra venezolana que no trajo a sus principales figuras y pese a ello derrotó en un partido aburrido a nuestra representación y con muy poco público presente.
El primer problema que enfrentó FENAFUTH este año fue que varias selecciones europeas que pudieron ser rivales de Honduras se negaron a viajar a nuestro país por la mala imagen que internacionalmente tenemos como país de ciudades caóticas e inseguras.
Ninguna nación asiática o africana resultará atractiva para que el público llene nuestros estadios, por eso cuando se confirmó a Túnez me pareció económicamente una mala decisión, ya que ellos no están clasificados para el Torneo Mundial de Brasil y pese a tener futbolistas actuando en Europa, son menos conocidos que los nigerianos, cameruneses o de otras nacionalidades que triunfan en dicho continente.
Para empeorar la situación, los africanos pidieron el pago por adelantado debido a la mala reputación que nuestro país legalmente tiene internacionalmente por lo que al final se decidieron por traer a Venezuela, uno de los cuatro países que no clasificó entre los diez de Sudamérica para estar en Brasil 2014 y que además es la única nación de esa confederación que nunca jugó en la competición final de mundiales adultos.
Pese a que 20,000 de los 26,000 tickets que se pondrá a la venta para el partido del miércoles 5 de marzo serán comprados por patrocinadores, difícilmente se podrá vivir la fiesta que todos esperábamos para un acontecimiento de esta magnitud.
Los directivos podrán argumentar tanto en Venezuela como en Honduras muchas cosas, pero la realidad es que los futbolistas internacionales que representan el poderío real de Venezuela -que no es la gran cosa- no serán facilitados a su selección porque ellos vendrán a un amistoso intrascendente y no a un partido oficial.
Además, cualquier multa que Honduras intente ponerles a ellos dependerá de lo que ya se firmó en el contrato por dicho partido el cual debería ser de dominio público.
Recordemos que la situación que vive hoy Venezuela con sus legionarios es una experiencia que nosotros conocimos sobradamente cuando quisimos contar para juegos amistosos en el pasado con David Suazo, Edgar Álvarez, Rambo y otros cuando tenían partidos decisivos con sus clubes.