2014-08-21
Con orgullo Héctor Castellón menciona a su pueblo natal, Muchilena. No olvida sus raíces en Omoa mientras también hablamos de su primer gran clásico con Marathón, que
este domingo se mide en el estadio Nacional al Olimpia.
¿Es consciente que el inicio de Marathón no ha sido el esperado?
Estoy consciente que no hemos capitalizado el buen juego que hemos hecho, dejamos ir cinco puntos. Nos ha faltado esa dosis de fortuna, quizá de más trabajo en la atención y definición.
¿Qué es lo que más les ha costado?
Hemos encontrado un buen funcionamiento que es lo que cuesta a veces, creo que en el corto tiempo conseguimos cohesionar.
Llega con éxito de Real Sociedad, ¿se juega el prestigio?
Venir a Marathón es prestigioso, es ganancia que se fijen en uno, si se tiene éxito o no será por el trabajo, ¿me juego el prestigio?, lo he ganado viniendo a Marathón, falta que se den los resultados. El equipo ha dejado buen sabor, no he pensado en mi prestigio, sino el del equipo.
Dirigirá su primer clásico nacional, ¿cómo lo palpita?
Los equipos tenemos que volver a hacer estos partidos vibrantes, creo que ha venido a menos el clásico nacional por muchas circunstancias. Es obligación de todos de volver a llenarlo como el superclásico, de momento llegamos enclenques, con los ojos morados, tachados, porque son dos equipos que están sufriendo en la tabla. Pero es un partido que atrae.
¿Hay urgencia por ganar?
Deseo ganar este juego como lo propuse ante Real Sociedad y Victoria, a mí no me urge, siempre quiero triunfar.
¿Un punto es bueno ante Olimpia?
Si lo veo desde el punto de vista de renta, quiero los tres puntos, de los dos que hemos disputado un punto es malo e inmerecido, pero es la realidad y tener dos de nueve puntos creo que es muy pobre.
¿El estadio Nacional pesa?
Nunca me meto en esa polémica si pesa o no, el campo es igual y son 11 contra 11, lo que pesa es la propuesta del rival y en eso me baso y la tengo que contrarrestar.
¿Qué recuerda de su infancia?
Todo, quisiera tenerla otra vez, de hacer las cosas que hacía en el pueblo, jugar libre, en el mar, pescar, haciendo maldades de niño (risas), estar como mis amigos inseparables del pueblo, andar pajareando en el monte aunque nunca agarramos nada.
¿Qué momentos lo marcaron?
Son dos, el nacimiento de mi hija Moni (Mónica), vino a cambiar mi mundo, el otro cuando Dios se llevó a mi papi, era mi héroe, mi todo, porque me crié sin la otra parte que te da la vida, no tuve hermanos, pero sí primos como si lo fueran.
¿Qué recuerdo tiene de su madre?
Muy poco, nunca viví con mi mamá.
¿Le duele esa etapa?
No porque mi abuela suplió ese afecto materno. Al morir, mi tía fungió como tal. A pesar de las carencias y los vicios, mi padre nunca me soltó de la mano.
¿Un pasatiempo?
El disfrutar y jugar con mi hija, es mi asesora y guía. También me gusta mucho mi trabajo.
¿Lee en sus ratos libres?
Claro, leo mucho, hay varios libros en especial, ahora estoy leyendo, Entrenadores, un poder inestable, siempre encuentro muchas motivaciones ahí.
¿Es consciente que el inicio de Marathón no ha sido el esperado?
Estoy consciente que no hemos capitalizado el buen juego que hemos hecho, dejamos ir cinco puntos. Nos ha faltado esa dosis de fortuna, quizá de más trabajo en la atención y definición.
¿Qué es lo que más les ha costado?
Hemos encontrado un buen funcionamiento que es lo que cuesta a veces, creo que en el corto tiempo conseguimos cohesionar.
Llega con éxito de Real Sociedad, ¿se juega el prestigio?
Venir a Marathón es prestigioso, es ganancia que se fijen en uno, si se tiene éxito o no será por el trabajo, ¿me juego el prestigio?, lo he ganado viniendo a Marathón, falta que se den los resultados. El equipo ha dejado buen sabor, no he pensado en mi prestigio, sino el del equipo.
Dirigirá su primer clásico nacional, ¿cómo lo palpita?
Los equipos tenemos que volver a hacer estos partidos vibrantes, creo que ha venido a menos el clásico nacional por muchas circunstancias. Es obligación de todos de volver a llenarlo como el superclásico, de momento llegamos enclenques, con los ojos morados, tachados, porque son dos equipos que están sufriendo en la tabla. Pero es un partido que atrae.
¿Hay urgencia por ganar?
Deseo ganar este juego como lo propuse ante Real Sociedad y Victoria, a mí no me urge, siempre quiero triunfar.
¿Un punto es bueno ante Olimpia?
Si lo veo desde el punto de vista de renta, quiero los tres puntos, de los dos que hemos disputado un punto es malo e inmerecido, pero es la realidad y tener dos de nueve puntos creo que es muy pobre.
¿El estadio Nacional pesa?
Nunca me meto en esa polémica si pesa o no, el campo es igual y son 11 contra 11, lo que pesa es la propuesta del rival y en eso me baso y la tengo que contrarrestar.
¿Qué recuerda de su infancia?
Todo, quisiera tenerla otra vez, de hacer las cosas que hacía en el pueblo, jugar libre, en el mar, pescar, haciendo maldades de niño (risas), estar como mis amigos inseparables del pueblo, andar pajareando en el monte aunque nunca agarramos nada.
¿Qué momentos lo marcaron?
Son dos, el nacimiento de mi hija Moni (Mónica), vino a cambiar mi mundo, el otro cuando Dios se llevó a mi papi, era mi héroe, mi todo, porque me crié sin la otra parte que te da la vida, no tuve hermanos, pero sí primos como si lo fueran.
¿Qué recuerdo tiene de su madre?
Muy poco, nunca viví con mi mamá.
¿Le duele esa etapa?
No porque mi abuela suplió ese afecto materno. Al morir, mi tía fungió como tal. A pesar de las carencias y los vicios, mi padre nunca me soltó de la mano.
¿Un pasatiempo?
El disfrutar y jugar con mi hija, es mi asesora y guía. También me gusta mucho mi trabajo.
¿Lee en sus ratos libres?
Claro, leo mucho, hay varios libros en especial, ahora estoy leyendo, Entrenadores, un poder inestable, siempre encuentro muchas motivaciones ahí.
LO QUE DEBES SABER DE CASTELLÓN
1. Castellón es graduado en México como entrenador e ingeniero.
2. Hace 18 años murió su padre, ese fue uno de los momentos que lo marcó.
3. El estratega tiene 53 años y el próximo 31 de agosto arriba a un nuevo aniversario.
4. Tres equipos ha dirigido: Victoria, Real Sociedad y Marathón en Honduras.
