Bayron Méndez abrió su corazón y contó la realidad de su vida. Su historia no es envidiable, pero asegura que aprendió de todo lo malo que hizo.
La “Pulga” Méndez creció en las calles de Hunts Point, en el Bronx de Nueva York, donde las condiciones de vida no son las mejores en Estados Unidos.
Bayron nos cuenta la pesadilla que vivió en esas calles. “No te puedo decir cómo sería mi vida si no fuera futbolista, viví en Estados Unidos desde que era un niño y allá no estaba haciendo las cosas correctas, pero fue Dios el que me quitó del mal camino y me hizo regresar a Honduras”, inició contando Bayron Méndez.
“Allá estaba estudiando y me gustaba hacer cosas que no eran buenas, andaba en la calle peleando y haciendo el mal”, agregó.
Su mal camino a diario en las calles del Bronx provocó que casi se arruinara la vida por siempre. “Estuve preso por un año (2005) en la prisión de Rikers Island, Nueva York, por lo que hacía en la calle y cuando salí me deportaron”, confesó.
Bayron recordó lo que vivió en ese reclusorio durante un año y le da gracias a Dios porque lo tiene con vida y jugando profesionalmente con Olimpia.
'Ahí adentro te enseñan a vivir y a valorar la vida. Nunca se está alegre porque todos los días pensás en quién te puede hacer daño. Uno ahí no tiene amigos, no conocí a ningún hondureño, había puertorriqueños, dominicanos. Ahí no podés llamar amigo a alguien. Uno no puede confiar en nadie”, confió.
La vida de Bayron Méndez ha dado un giro completo en su vida. Foto Juan Salgado
“Hay partes de la vida en una cárcel de Estados Unidos que no las ponen en televisión. Cuando miro eso me sorprendo porque no muestran todo. Acá ellos tienen la facilidad de tener a su familia y comer bien. Allá solo pude ver a mi padre una vez y desde que me deportaron no lo volví a ver”, contó.
SU HISTORIA EN TATUAJES
El volante de Olimpia tiene en su cuerpo siete dibujos y todos tienen un significado positivo. Bayron entiende que por nuestra cultura se mire mal a una persona que ande su cuerpo tatuado, pero pide que no lo juzguen si no saben por qué lo hizo.
“Por nuestra cultura, cuando miran a una persona con un tatuaje piensan que anda en un mal camino, pero aún los que andan por malos pasos tienen un buen corazón”, dijo.
“El del brazo derecho es el apellido de mi papá y el del nombre de mujer es la que me crió, se llamaba Yamileth y era hermana de mi mamá. Ella fue la que vio por mí desde que era un niño cuando estaba acá en Honduras, tiene ocho años de muerta, se fue para California y no tuve la oportunidad de verla allá. Me duele que no pueda estar en estos momentos conmigo”, explicó.
Bayron Méndez tiene sus brazos con muchos tatuajes. Foto Juan Salgado
“El que tengo en mi pecho dice ‘Solo Dios puede juzgarme’ y me lo hice porque hay gente que lo critica a uno y no te conoce, quien te debe juzgar es Dios. Cada quien tiene sus altibajos en la vida”.
También explicó los que tiene en la espalda y asegura que son los de más valor en su vida.
“Tengo otro que dice: ‘A veces es mejor caer que volar’, son pasajes de mi vida, es una de las partes más fuertes que he tenido en mi historia. El otro es por mi hermano que tiene dos años de fallecido.
Cada tatuaje tiene un significado especial para Bayron Méndez. Foto Juan Salgado
GANAR EL CLÁSICO
Bayron es uno de los jugadores de Olimpia con una historia sufrida, pero todo el dolor lo hace que juegue con el alma cada partido y no duda que buscarán ganar el clásico contra Motagua.
“Llegamos bastante motivados, igual ellos arriban de la misma manera. La gente va a disfrutar este partido. Algunos jugadores del equipo rival dicen que no les importa Olimpia, claro que les debe importar porque saben con quién se van a enfrentar”, concluyó.
Méndez compartió su historia de vida con DIEZ. Foto Juan Salgado
'Solo Dios puede juzgarme', dice en su tatuaje que tiene enfrente. Foto Juan Salgado