Liga Nacional

Una mala operación alejó de las canchas a David Molina

Aún estaba jugando como profesional, pero una lesión en su rodilla derecha y de la que no se pudo recuperar, lo obligó a dejar Motagua.

2015-01-22

El fútbol y los planes de Dios, como él mismo dice, hicieron que la carrera deportiva de David Alejandro Molina tomara un rumbo inesperado.

El exjugador de Motagua y la Selección Nacional se vio obligado a dejar el fútbol profesional a sus apenas 26 años, aunque nos afirma que no se ha dado por vencido y que piensa volver.

Hace unos ocho meses, Molina salió de Motagua y desde entonces se ha sabido muy poco o casi nada del rumbo que había tomado su vida.

Foto: Diez

No hace mucho dejó el fútbol el de Tegucigalpa.

“El proceso de asimilación no ha sido fácil. La lesión que tuve no me permitió seguir jugando. Mi último torneo con Motagua apenas jugué un partido y mi salida fue más una decisión personal”, cuenta David Molina desde Atlanta, Georgia, ciudad en la que se ha radicado en los últimos meses.

A Molina las lesiones no lo dejaron en paz. Tras vivir un 2008 espectacular a nivel de selecciones nacionales juveniles (estuvo en las Olimpiadas de Beijing) y comenzar a consolidarse con Motagua, el defensor se lesionó de su rodilla izquierda y tuvo que ser operado.

De esa primera intervención quirúrgica salió bien librado.
“Fue algo difícil dejar de jugar ese tiempo. Mi primera lesión fue dura en mi rodilla izquierda, el doctor Benítez fue quien me operó, eso en 2009 y por gracia de Dios quedé muy bien. Volví en un buen nivel y hasta tuve ofertas de irme al extranjero, que lamentablemente no se concretaron”, recordó Molina.

David volvió con buen suceso tras ese primer percance de salud. Su rodilla izquierda funcionaba bien y siguió librando batallas importantes con Motagua. Incluso, hasta salió campeón de Liga en 2011, cuando el Azul pudo conquistar la Copa 12 en su historia.

Lo terrible llegó en 2013, cuando nuevamente se volvió a lesionar de la rodilla, pero en esta ocasión de la derecha.

“La directiva me pidió que me operara en Tegucigalpa, con un doctor que no voy a decir su nombre por respeto a su carrera, era la misma lesión de la izquierda e increíblemente no quedé igual, mi recuperación no fue rápida producto de que no me hicieron un buen trabajo”, explicó David con mucha tristeza y lógicamente algo de molestia por lo sucedido en ese momento.

Foto: Diez

Tras esa intervención, Molina no volvió a ser el mismo. Intentó retornar de cualquier forma, pero nunca pudo hacerlo en la plenitud de sus capacidades.

Es por eso que en el 2014, David tomó la decisión de irse del “Nido”. Los meses han sido duros, pero ha buscado la forma de hacerle frente a la situación.

“Por los momentos estoy tratando de asimilar el estar sin fútbol porque desde pequeño me he dedicado a esto. Gracias a Dios he tenido fortaleza para salir adelante, he estado con la familia y pendiente del embarazo de mi esposa, que recién trajo al mundo a mi hijo”, comenta.

Y luego prosigue: “Tengo unos nueve meses sin jugar fútbol a nivel profesional. He tratado todo este tiempo de mantener mi nivel físico, voy al gimnasio, corro un poco, he jugado acá en Estados Unidos, pero no al nivel que estaba acostumbrado. La lesión ya se me sanó completamente. He estado jugando tranquilo, estuve entrenando con un equipo para mantenerme”.

DEDICADO A LOS NEGOCIOS
Lógicamente que, sin fútbol como modo de subsistencia, Molina ha tenido que buscar la manera de sostener a su familia. Lejos del fútbol, expresa: “Aparte de todo lo que he estado haciendo estos meses en lo deportivo, he trabajado con un tío político de mi esposa en cuestiones de negocios y esperando que se dé la chance de volver al fútbol profesional.

He buscado la oportunidad para regresar, pero no ha sido fácil. Cuando salí de Motagua todo se dio bien rápido y no pude arreglar nada.

Espero en este 2015 venga lo mejor de Dios en mi vida”. Sus días transcurren con tranquilidad en Atlanta, algo acelerado en los últimos días porque en pleno 24 de diciembre nació su bebé.

Foto: Diez

David anotó un autogol que sacó de la Gran Final al Motagua en su último torneo; fue ante Victoria en La Ceiba.



AGRADECIDO CON EL MOTAGUA

Pese a su partida, David siempre recuerda con cariño su paso por Motagua.
“Yo siempre voy a estar agradecido con Motagua, nací y crecí ahí en el equipo. Estoy muy feliz por el título que acaban de obtener, sobre todo porque hay varios excompañeros. Los dirigentes siempre me apoyaron, al final salí porque yo lo decidí obligado por algunas cosas internas”, dice.

Y también recuerda con agrado: “Tenía 11 años cuando llegué a Motagua. Me marcaron mi carrera futbolística. Gracias a Dios pude levantar títulos con la institución. Dándome a conocer en ese club pude ser llamado a selecciones nacionales, incluso, a la mayor.

Estoy muy agradecido con gente como Pedro, Javier y Eddie Atala. Con Julio y Juan Carlos Suazo, que en su momento me apoyaron”.

Expresa que su sentimiento por el Ciclón es innegable, pues fue algo que le nació desde muy pequeño.

Es por eso que está contento por el campeonato que acaban de ganar sus excompañeros, en su mayoría.

Estoy muy alegre por la Copa 13, varias personas me dicen que ahí hubiera estado yo, pero yo no vivo de eso, vivo el presente, porque soy una persona muy determinada y aparte Dios tiene planes para cada uno de nosotros. Lo que ha sucedido es la voluntad de Dios”.

Y añade: “Desde que yo salí de la oficina de Lin Zelaya, le dije que le deseaba lo mejor a mis compañeros”.

David Molina había desaparecido del mapa futbolístico en los últimos meses, pero él hace todo lo posible por volver. La buena noticia es que aquella mala operación y su vieja lesión, son cosas del pasado. Espera volver y pronto, muy pronto...