Liga Nacional

El maestro que casi deja el fútbol y hoy jugará Copa Oro con Honduras

Brayan García estuvo cerca del retiro por culpa de tres operaciones, eso lo llevó a graduarse como profesor y cuando buscaba trabajo de maestro, su vida dio un giro.

2015-06-25

Orgulloso de haber crecido en tierras olanchanas, viene de una familia humilde, que tuvo que emigrar a Estados Unidos para encontrar mejores oportunidades.

La pelota se convirtió para él en su gran amigo, y desde niño se puso la meta de llegar a ser un futbolista profesional, nos referimos a Brayan García, jugador del Vida y actual seleccionado nacional, que defenderá los colores de su país en la Copa Oro.

Eran las 10:00 de la mañana y recién se venía despertando en su humilde hogar en la ciudad de Catacamas, donde ha vivido junto a sus abuelos en los últimos meses. “¿Qué onda hermano, cómo estás?”, nos dijo García, que posteriormente nos ofreció amablemente entrar a su casa, pese a que aún estaba en pijama.

A partir de ahí, nos contó su historia, donde hablamos de su niñez, de sus tres operaciones que casi lo dejan sin caminar normalmente y asimismo de la Selección Nacional.

Mi niñez fue bastante divertida, siempre he tenido eso de que he andado bastante con mis amigos, desde pequeño me gustaba andar con ellos para arriba y para abajo, jugando por acá y por allá, tuve una niñez divertida”, comentó García.

“Siempre fue fútbol, no hice otra actividad que yo recuerde, siempre fue andar jugando. El regaño de mis padres era de todos los días: ‘Brayan, vení para acá’. Pero uno desde pequeño lo que más quiere es estar jugando y por más que lo jalen de las orejas a uno o lo regañen, siempre existió esa maña de escaparse y de estar siempre en la calle”, agregó.

Foto: Diez

Brayan García de no ser por Maradiaga, estuviera dando clases en algún salón.

DOS AÑOS DE LÁGRIMAS
Brayan García inició jugando en las infantiles del Monarcas, un equipo de Catacamas donde dio sus primeros pasos en un club federado. De ahí fueron muchas sus experiencias hasta que un día, Iván Guerrero terminó siendo la clave para que llegara a las reservas de Motagua. Apenas tenía 15 años de edad y su sueño iniciaba.

Tuvo grandes actuaciones, hasta que Ramón Maradiaga decidió hacerlo debutar en el primer equipo. Pero lo peor ocurrió para su carrera cuando sufrió una fuerte lesión en su rodilla izquierda, la del ligamento cruzado.

“Tuve una lesión que me marginó por dos años”, recordó García.

“Esos dos años ni me gusta recordarlos, fueron difíciles, de solo terapia, gimnasio, tenía muchos días sin tocar una pelota de fútbol. Ver a tus compañeros entrenando y uno con esas ganas, fue difícil y duro. Con tanta operación llegué a pensar que no iba a volver a actuar, pero siempre tuve el apoyo de mi familia y amigos, que de una u otra forma me han ayudado. Nunca perdí las esperanzas y las ganas, y cada vez que miraba a mis compañeros yo decía que quería estar ahí y para eso debía recuperarme. En Olanchano me ayudaron mucho, porque perdí el miedo de mi lesión”, recordó el futbolista de apenas 22 años de edad.

Motagua lo llevó a debutar en Liga Nacional, pero ese sueño desapareció de la nada. Tras 24 meses parado, llegó a pensar que era muy necesario continuar con sus estudios. “En el año que me vine para el Olanchano me puse a terminar el colegio, porque sentía difícil volver a jugar, me volví lento, con nada de ritmo y había mucho cansancio. Por un momento llegué a pensar en dedicarme solo al estudio. Lo terminé y me gradué de maestro. Hubo un tiempo que practicaba fútbol solo por divertirme, solo iba a jugar por reír y sudar un poco. Nunca imaginé volver a estar en el fútbol profesional”, resaltó el llamado a ser el sustituto de Emilio Izaguirre en la Copa Oro.

Foto: Diez

EL GRAN SUSTO DE SU VIDA
Las tres operaciones a las que se sometió fueron un verdadero infierno para García y él explicó por qué: “El doctor me dijo que mi rodilla no reaccionaba, que iba a ser difícil que volviera a jugar, incluso hasta caminar, iba a quedar renqueando y eso me desmotivó. Fueron años difíciles”. Por fortuna, nada de eso sucedió y ahora Brayan corre más que nunca y está cumpliendo un sueño: jugar con la Bicolor en una Copa Oro.

ESPERABA UNA PLAZA DE MAESTRO HASTA QUE LO LLAMÓ PRIMI MARADIAGA
Estaba más que claro que su regreso era complicado. Cuando terminó el colegio esperaba una plaza para ejercer como maestro, pero el sueño regresó gracias al conjunto cocotero de La Ceiba.

“Al graduarme, yo esperé a ver si me salía alguna plaza, pero me salió la oportunidad de irme al Vida. Ya había dejado una vez los estudios por el fútbol y con esta segunda chance lo volví a hacer. Elegí irme al Vida y estoy tranquilo. En un futuro trabajaré de maestro quizá, espero seguir mis estudios en la universidad”, comentó.

CON MOTAGUA JUGÓ 14 PARTIDOS
Podemos afirmar que es uno de los consentidos del entrenador Ramón Maradiaga, pues fue él quien lo hizo debutar en Motagua e hizo posible su regreso tras la lesión, llevándolo al Vida.

Brayan García tuvo el lujo de participar con los azules en dos compromisos de la Concacaf Liga de Campeones, asimismo estuvo en 12 duelos de Liga Nacional.

DE NIÑO SEGUÍA A OLIMPIA
Pertenece al Vida, defendió la camiseta de Motagua, pero desde muy pequeño se declaró aficionado de los merengues. “Olimpia es uno de los clubes más grandes de Honduras, y por qué no decir, el más grande.

Uno desde pequeño siempre aspira y sueña con llegar a un equipo así. No descartaría la opción de llegar algún día a Olimpia”, dijo García.

Foto: Diez

En Catacamas es muy querido, así fue una visita que hizo cuando jugaba para Motagua.

SELECCIONADO SUB23 Y MAYOR
A base de trabajo ha llamado la atención de un entrenador muy exigente, como lo es Jorge Luis Pinto. Si puso sus ojos en Brayan García, es por algo.

El triunfar o fracasar está en las manos del propio Brayan García, pues Jorge Luis Pinto tiene toda la confianza en él, y qué mejor que demostrarlo con sus convocatorias a los microciclos con la Selección preolímpica y con la mayor.

“El profesor vio que estamos trabajando, gracias a Dios se dio el llamado a la Copa Oro y pues ahora lo voy a disfrutar y a hacerlo de la mejor manera”, dice el futbolista procedente de Olancho.

“La mentalidad que llevamos y lo que nos ha inculcado el profesor, es ir a buscar la Copa Oro. No buscamos solo ir a participar, lo que más deseamos es llegar a la final y por qué no, quedar campeones. El profesor nos dice que hay que pensar en grande”, concluyó.

Foto: Diez

Su abuela Amparo González ha tomado el rol de madre, ya que Ilda se fue a Estados Unidos junto a sus demás hijos.