Liga Nacional

Jerrick Díaz: 'Acá piensan que no soy hondureño”

El nuevo fichaje de Marathón es oriundo de Roatán y un compañero le consultó qué bus tomaba para llegar hasta allá.

2015-07-31

Antes de mi entrevista al nuevo integrante de la familia verdolaga, Jerrick Díaz, hacía memoria de cuántos futbolistas isleños han sobresalido en nuestro país, muy pocos en la historia.

“Es que a los isleños no les gusta jugar al fútboL”, me decía un compañero, quizás tenga un poco de razón, pero el motivo principal puede ser el poco apoyo y falta de formación que llega hasta esta zona, porque el talento humano sobra y biotipo es excepcional, pero claro, la vida en Roatán es muy cara, incluso para los nativos, lo más a la mano que tienen, es un barco y no una cancha de fútbol.

Jerrick aceptó el reto de esta semana y nos contó parte de su historia, al delantero de Marathón no le fue nada bien en la pista de go karts.

¿Cómo es la vida en Roatán para un nativo de la isla?
Casi ocho horas al día se la pasa uno en el mar, bañando y pescando, fue bien divertido y bonito haber crecido allá, es un lugar muy sano, no hay tantas muertes como en otras ciudades y desde pequeño se aprende inglés, aunque también se habla garífuna, la playa es lo máximo para uno.

Hasta que salí me di cuenta que la isla es uno de los paraísos más lindos del mundo, es que estando ahí, uno ve todo bonito y normal, pero cuando escuchas a la gente hablar nos damos cuenta que realmente es un paraíso. El sueño de todo isleño es embarcarse, ser capitán o marinero. Fue difícil salir de ese ambiente y adaptarme a otros lugares, yo me venía de las islas un lunes y me regresaba un miércoles porque no me adaptaba.

¿Quién es Jerrick Díaz? ¿Cómo fue su infancia?
Soy una persona que habla poco en cualquier aspecto, me considero humilde y muy aplicado.
Mi infancia fue muy bonita, aunque todos los días me regañaban porque era un poco burro y terco, me escapaba a jugar, arrancaba la página del cuaderno para no hacer tareas, no me gustaba hacerlas y el problema era que sino hacía tareas no me dejaban jugar, son cosas de niños, además fui muy aplicado en las cosas de Dios, vengo de una familia muy creyente, de pequeño, soñaba con ser marino o capitán de un barco.

¿A qué se dedicaban sus padres?
Mi papá era capitán de barco, siempre trabajaba y se iba por unos cuatro o cinco meses, luego regresaba para estar en familia, ahora todos mis hermanos son capitanes, andan en barcos y solo yo fui futbolista.

¿Por qué una cancha y no uno barco?
Es que mi familia siempre me decía, nosotros estamos aquí y nos quedaremos aquí pero tú tienes que llegar más lejos, hacer otra cosa, entonces querían que estudiara y jugara fútbol, lo que pasa que en Roatán hay pocas oportunidades de jugar profesionalmente. Así que me vine a La Ceiba a estudiar, pero mientras estudiaba no me permitían jugar para que me pudiera graduar, así que una vez que lo hice ya me metí de lleno a jugar al fútbol, era la idea de mis padres y aquí estoy ahora.

¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?
Comencé en la Liga Mayor con el Estrellas Rojas, un día el profe Cantarero andaba buscando talentos, me vio jugando y me trajo a Platense, pero no me llevó al primer equipo, si no al de reservas que él dirigía, aproximadamente yo trabajé tres o cuatros meses más con el profe Hermelindo, él sabía lo que me hacía falta antes de debutar. Cuando llegó Roque Alfaro me vio en reservas y me llevó al equipo de primera, gracias a Dios que el día que debuté lo hice con gol, eso fue una bendición.

¿Su primer salario como futbolista profesional?
No se me olvida que cuando firmé con Platense, el primer año me daban 5 mil lempiras, pasaron tres meses y no me pagaron, después de ese tiempo me dijeron: “Te vamos a dar la mitad ahorita y la otra semana la otra mitad”. Uy, dije... Estamos ya tres meses sin pisto, ni modo, que se venga lo que sea, pero ya después cuando anoté goles el equipo me fue recompensando y las cosas fueron mejor, pero el comienzo no fue fácil, me tocó duro, aprendí de eso.

¿Es creyente?
Sí, toda mi familia cree en Dios, un día yo fui a la iglesia y un profeta jamaiquino que estaba en la iglesia me llamó frente a todos, yo me sorprendí porque no lo conocía, él me profetizó todo esto, todo lo que estoy viviendo ahora ya me lo habían anunciado, ahí me di cuenta que Dios trabaja en la vida de uno, sé que a veces uno hace cosas malas, pero siempre está Dios para perdonarnos.

Foto: Diez

La pista de go kart en San Pedro Sula: Es una manera de divertirse e inculcar el sentido de competencia, el restaurante Pan de Pueblo en San Pedro Sula cuenta con una pista bonita de go karts, allí retamos a Jerrick. 

Extra micrófono me dijo que lo confundían como extranjero...
Sí, piensan que no soy hondureño, incluso tuve un compañero en Platense que me preguntó donde era Roatán, que si me iba en bus o cómo hacía. Le dije: Mirá el mapa, allí te darás cuenta donde queda. “¿Pero como llegás ahí?”, me siguió preguntando. Le tuve que explicar que en barco o en avión, que no se podía ir en bus porque no había carretera, que Roatán era un isla, no diré el nombre del compañero, pero es muy gracioso.

No hay muchos jugadores que vienen de esa zona…
Correcto, somos pocos los isleños que nos dedicamos al fútbol, muchos me preguntan qué comemos, porque somos fuertes y grandes, ven el caso de otros jugadores como Georgie y Shannon Welcome. Nosotros buscamos sacarle mayor provecho a nuestra contextura física, porque a veces somos limitados técnicamente, pero tenemos otras fortalezas que nos ayudan mucho.

¿Qué pasó con la opción de irse a Perú?
El profe Luis Fernando Suárez habló conmigo y me dijo que me quería en Perú, él está dirigiendo un equipo allá. Lastimosamente no se ha concluido, pero estamos esperando contacto de ellos porque dijo entre julio y agosto, así que si sale me iría a jugar con ellos, ya Marathón sabe, arreglaríamos para que no se me cierre esa puerta de ir al extranjero.

En un futuro cercano, ¿dónde le gustaría jugar?
En Sudamérica, me gusta la dinámica de esta región, en Europa me gusta mucho el fútbol italiano ya que se utiliza el físico, ahí me podría ir bien.

¿Se ve en la Selección? ¿Considera que puede pelearle un puesto con los que ya están allí?
Me tengo mucha confianza y sé que puedo lograr un puesto con la Bicolor, aunque los jugadores que ya están ahí, los cuatro delanteros, los admiro muchísimo y son grandes jugadores a los que no les salieron las cosas en Copa Oro, ahora que se vienen las eliminatorias seguro que reventarán y yo espero estar también.

¿Soñó en algún momento llegar a Marathón?
Marathón es un equipo grande que siempre me ha gustado, tuve unos excompañeros que salían de Platense y se venían a Marathón, entonces yo decía: “Pucha, Marathón es un buen equipo, hace buenos torneos y campeonatos, para estar ahí hay que darle todo al equipo”. Así que ahora que tengo esta oportunidad estoy dispuesto a dejarlo todo por la camiseta.

Una anécdota
Cuando estaba pequeño, mi papá me tiraba al agua, me dejaba ahí, cuando miraba que ya no podía más y me estaba ahogando, me sacab, luego me volvía a tirar, así fue como aprendí. A los tres o cuatro años ya andaba nadando por todos lados.

Un consejo que recuerde
Recuerdo en un partido de reservas contra Victoria, ya llevaba dos goles en 20 minutos, pero Henry Mejía, que en paz descanse, me pegó una patada descaradamente y me le fui encima, entonces me expulsaron. Me agarró Rambo y me dijo que son pequeños momentos que uno tiene que dejar pasar, que si uno hace eso, luego se tranquiliza todo. Julio siempre me aconsejaba, realmente es calidad de persona, aunque lo de loco se le queda corto.

En cortito:

Dios: Todo
La familia: Mi vida
Un número: 27
Un sueño: Salir al extranjero y vestir la camisa de la Selección Nacional