Liga Nacional

Enrique Reneau: 'Muchos me ven como bicho raro'

En una entrevista para la sección Qué Fue De, Enrique Reneau habló de los momentos más duros que le ha toca vivir. Su madre murió y no pudo acompañarla

2015-08-19

Los duros momentos que vive Enrique Centeno Reneau, abatido por una rara enfermedad que lo mantiene postrado y luchando por su vida, es según él mismo lo ha dicho en muchas ocasiones, uno de los tantos obstáculos que le ha puesto la vida.

En 2012, mientras luchaba por sacar adelante a los suyos desde Miami y armado con un rodo, su principal arma para pintar interiores, 'Quique' se confesó con Diez y recordó varios de esos duros momentos que aún no olvida, pero que le dan fuerzas para seguir peleando por sobrevivir.

Sus tres hijos, Melissa, Karen y Enrique, estaban muy pequeños cuando él decidió irse a Estados Unidos tras una desilusión amorosa, pero retornó en busca de cumplir su deseo de verlos crecer y hacer sus vidas.

“Los catrachos somos los más envidiosos, muchos me ven como bicho raro. Yo soy feliz y si 20 no me quieren, 100 si lo hacen”, afirmó ante las cámaras de Diez.

'Mi vieja que me está iluminando desde el cielo, murió y no tuve la oportunidad de estar con ella en sus últimos días”, explicaba.
El drama familiar vivido lo ha hecho más vulnerable, sentimentalmente hablando, trata de ser fuerte y no llorar frente a las cámaras para revelarnos su historia.

“A comienzos de 2006 estaba jugando en el Mitclan de Guatemala, tenía contrato de año y medio, tuve una separación amorosa fuerte, me dolió mucho y por eso tomé la decisión de abandonar y dejar todo, irme del fútbol sin ninguna gloria”, prosigue.

EL DOLOR MÁS FUERTE
Reneau se atrevió a relatar el momento y la forma en que se dio cuenta del fallecimiento de su progenitora: “No derroché dinero, compartí con mucha gente, pero al final muchas de esas personas a las que yo ayudé, me cerraron las puertas, me dieron la espalda”.

“Perdí a mi mamá, siento que fue ayer, me ilusionaba siempre verla viva el día que me regresara a Honduras, no se dio', recordó.

Eso sí, pese a no estar presente en cuerpo, con su alma, sus gritos, sus oraciones y sus lágrimas, desahogó su dolor. Ahora recuerda las últimas palabras que Doña María Carolina, su mamá, le dijo antes de salir él de Honduras.

“Me rogó que no me fuera a Estados Unidos, que a pesar de lo que me pasó todo eso se iba a compensar con ver su sonrisa o la de mis hijos, que eso no tenia precio, pero no hice caso', explicó.

“Un día llegué de trabajar, llamé y pedí hablar con ella, la sentía rara, no estaba igual. Luegome llamó un amigo y me dijo que mi mamá había muerto. Quise tener alas para volar y estar con ella, eso ha sido lo más duro que me ha tocado vivir. Ella me dejó una carta, me consideró un hijo especial y le pidió a mi familia que no me dejara solo”.