El camino de Raudales como futbolista había comenzado allá cuando tenía 13 años, el día que llegó a las ligas menores de los azules para pedir una oportunidad con el club, “porque miraba que era organizado”. La respuesta de Óscar “Cocli” Salgado lo sorprendió: “No sé por qué preguntas eso, si ya perteneces a Motagua, te compramos”.
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Ya no recuerda cuál fue el valor de esa transacción, pero fue el inicio de su periplo en el fútbol, algo que por lo menos hasta que llegó al primer equipo de las águilas no buscaba, pues nos dice que contrario a la mayoría, “en mi caso nunca se me cruzó por la mente ser futbolista profesional”, manifestó.
Juan Carlos Raudales fue mundialista en Nigeria 1999. Aquí aparece a la par de Rambo con el 7 en el pecho.
Raudales fue parte de instituciones con solvencia económica como Olimpia, Motagua y en su momento Victoria, pero esto cambió. “Los últimos años que jugué profesionalmente fueron complicados, me tocó estar en equipos donde la organización no era a la que uno estaba acostumbrado”.
Su último club en Liga Nacional fue el Atlético Choloma, equipo con el que descendió. Su carrera la finalizó en el Villanueva FC.
“La decisión ya se venía cayendo de madura, jugué dos torneos en segunda división y ahí creo que fue la gota que derramó el vaso”, dice.
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Entonces, llegó el momento que a la mayoría de futbolistas les toca vivir, ¿qué hago ahora? “La verdad que nunca planifiqué nada después del fútbol, llegó sin planear lo que venía después”, nos cuenta Raudales.
Agregó que “son pocos los futbolistas, que cuando están activos inician un proyecto para asegurar el retiro”.
Su carrera profesional tampoco le dejó recursos para vivir de la renta. “Sí me dio para llevar una vida tranquila, no de lujos, aunque por momento se tornaba complicado, principalmente los últimos años”, eso durante estuvo activo, pero ya en el retiro aclara que “el fútbol no me dejó dinero ”.
Juan Carlos Raudales jugó en el desaparecido Hispano de Comayagua.
ESTADOS UNIDOS
Con 35 años, abrió una escuelita de fútbol en Choloma y también trabajó con Luis Guifarro, pero “una cosa lleva a otra, la situación económica y de seguridad cada vez estaba más complicada”, reconoce que con el fútbol tenía otras posibilidades, pues fuera de ahí no se gana lo mismo.
Así, con su situación poniéndose cada vez más difícil, decidió emigrar a Estados Unidos, “quería cambiar el estilo de vida y ese rumbo que llevaba en Honduras”, sostiene en referencia al momento cuando hace dos años hizo maletas y se dirigió a la tierra del Tío Sam.
Una vez en los dominios estadounidenses, Raudales recibió una oportunidad de empleo gracias a unos amigos salvadoreños que se dedican a remodelar casas y es precisamente en el mundo que se ha movido el exfutbolista desde que llegó.
“Hacemos de todo un poco, a veces no sabemos qué va a salir, es lo que se presenta, la función es reparar lo que esté dañado”, cuenta.
A este trabajo llegó precisamente gracias a que jugando le presentaron a Walter Guevara, el dueño de la compañía donde trabaja. “Conozco muchos salvadoreños”, manifestó.
SUEÑO
Además, ha iniciado darle forma a otro sueño, que es tener una escuela de fútbol. “Ya estoy entrenando, se llama Brandon River, un amigo me pidió que les ayudara, mi hijo les comentó que yo había jugado profesionalmente en Honduras, ahora estoy planeando mi propia academia”, cuenta.
Su presente es distinto a lo que vivía cuando su vida pendía de la pelota. “Me levanto 7:00 am, no tengo hora regreso, hay algunos trabajos que son pequeños, otros que son grandes, pero prácticamente son como siete horas fuera de casa. Descanso un rato y luego voy a la escuela, aunque no todos los días voy a clases”, aclara.
Reconoce que es una labor más ardua que el fútbol, pero no es desconocido para él, pues cuando estaba en las vacaciones de la escuela su padre lo llevaba a trabajar. “No soy de esos niños bonitos, a pesar de que nací en la ciudad, el trabajo para mí no es complicado”.
Y aunque sea mucho más tiempo que entrenar dos o tres horas diarias. “No me le arrugo”, nos cuenta.
Después de dos años, las cosas han tomado rumbo, “gracias a Dios ya superamos esa situación complicada de los últimos años, gracias a Dios estamos bien”, sentenció.
Y aunque se despidió del fútbol, no quiere irse del todo. “Quiero devolver un poco de lo que el fútbol me dio, las enseñanzas en cada entrenamiento y cada partido, deseo transmitirlo a la gente”.
ANÉCDOTA EN HISPANO
“Por ejemplo, en Hispano mañana teníamos un partido, el directivo llegaba a la concentración y decía: ‘Muchachos, aquí tengo el dinero de su sueldo, pero hay una situación, esto lo podemos ocupar para pagarle a tal jugador que nos está demandando y si no le cancelamos mañana, de nada nos sirve ganar porque vamos a perder los puntos’, entonces tomábamos la decisión como grupo en totalidad, porque era el dinero de todos. Como tres veces decidimos que se le pagara al jugador que se le debía, porque creíamos que el equipo iba a ganar”.
MEJOR ENTRENADOR:
Ernesto Omar Luzardo. “Éramos amigos”, recuerda.
Mejor equipo: Vida e Hispano
Jugador Pícaro: Óscar “Pescado” Bonilla
Estatus migratorio: “Estamos en proceso de arreglar mi situación. No viajé de forma ilegal”.
FRASES
'El fútbol me dejó muchas amistades. Ahora estoy muy contento de disfrutar más de mi familia”.
Juan Carlos Raudales'
Debut. Fue con el Ciclón el 8 de septiembre de 1996 en Puerto Cortés, empataron Platense 1-1 Motagua.
Técnico. El entrenador que lo hizo debutar fue el uruguayo Ernesto Omar Luzardo.
Títulos. Juan Carlos Raudales ganó cuatro títulos con el Motagua y uno con el Olimpia.
Trayectoria. Raudales jugó en la Liga Nacional en siete equipos: Motagua, Olimpia, Victoria, Vida, Municipal Valencia, Hispano y Atlético Choloma. También fue mundialista Sub-20 en Nigeria 1999.
* Sus últimos torneos como futbolista los realizó con el Villanueva de la Liga de Ascenso en 2014.
