Liga Nacional

'Pollo' Galindo, de figura y campeón con Olimpia a pintor en Estados Unidos

Danilo el “Pollo” Galindo, exdefensa de Olimpia, Vida y Platense, ahora se dedica a pintar edificios en Estados Unidos. Las deudas lo obligaron marcharse de Honduras

2016-08-26

En su día a día hay riesgos, él los conoce, pero aún así todas las madrugadas sale con una sonrisa en su rostro. La preocupación parece no formar parte de su existencia.

Danilo Galindo, conocido en el ambiente futbolístico hondureño como el “Pollo”, tiene una historia que contar, lo hace con orgullo, con entereza, no se parte a pesar de las adversidades. Llegó a Estados Unidos en el 2000, primero probó suerte en la construcción, le echó ganas, pero encontró en la pintura su verdadera vocación.

TABLA DE POSICIONES EN HONDURAS

“Esta es mi realidad, no voy a decir mi triste realidad, estoy luchando, trabajando, me va muy bien y al venir por acá fue porque no tenía los recursos necesarios para salir adelante después del Huracán Mitch”, expresa con seriedad, demostrando que está orgulloso de lo que hace.

Foto: Diez

Pollo Galindo es muy bien recordado en el Olimpia.

Un jean mugroso, una camisa blanca manga larga y un fuerte olor a diluyente cubren ocho horas del día de Galindo. Su primera labor es subirse a un auto asignado a su persona. Son las cinco de la mañana y su misión es trasladar a todo el personal que labora con él hacía el destino pactado, al momento de esta entrevista era Everglade University en Boca Ratón, Florida.

“Paso recogiendo a mis compañeros, pasamos por las tiendas de pintura comprando algo que nos haga falta, comenzamos a las 8:00 am, y salimos a las 4:30 pm”, explica el “Pollo”.

“Lo más difícil del trabajo es el clima, el sol es muy fuerte, pega duro, nos deshidratamos y nos toca bajar a cada rato a tomar agua. Pero yo no tengo problemas con esto, toda mi vida estuve bajo el sol, por eso escogí la pintura, me gusta”, exclama con cierto tono de orgullo.

Foto: Diez

Galindo muestra un vaso en el que aparece él.

BUSCÓ CAMBIOS, PERO EL DINERO LO HIZO REGRESAR A PINTAR
Alguna vez en sus 12 años que lleva en la tierra del “Tio Sam”, flaqueó, intentó y probó suerte en otra labor, pero no le encontró sentido o como decimos en Honduras, “no le agarró el hilo”.

PRÓXIMA JORNADA DE HONDURAS

“Estuve en Louisiana, trabajando en el golfo de México, pero no es igual, la pintura es lo mío, conozco bien esta profesión, la hago bien es en la que mejor me pueden pagar. Esto es más tranquilo”.

Ojo, cuando él dice que lo de la pintada es más tranquilo, no significa que sea una chamba relajada, el sacrificio físico siempre está y la producción exigida por los jefes es alta.

“Esto tiene varias etapas, si trabajás por dentro es suave, pero si es por fuera, como nosotros, es fuerte por el clima, no es tranquilo ni tan duro, pero eso sí, exigen cumplimiento y calidad”.

Aunque la jornada laboral es de ocho horas, las cuales cumple a cabalidad y si es posible hace más, los fines de semana, los que normalmente la gente dedica a su familia, Galindo muchas veces se los pasa dándole duro al rodo.

Pollo Galindo ahora se gana la vida como pintor en Estados Unidos.

“No descansamos ningún día, solo la lluvia nos para, proyectos así como esta universidad no nos da chance de tener días libres”.

Al “Pollo” se le infla el pecho al hablar de Olimpia, no le gusta que le digan así a su amado León. “Papá se llama”, dice.

La fama que se ganó en la cancha como defensa central, aunque en sus inicios fue basquetbolista y sus mejores cualidades las tenía como portero, Danilo no la esconde, pero deja claro que las causas que lo llevaron a marcharse de su amada Honduras, fueron ajenas al derroche y despilfarro de dinero.

“A cada rato me encuentro gente que no puede creer a lo que me dedico, este es el “Pollo” Galindo, no me da pena, esta es mi realidad y no tengo porque esconderla, conozco personas que viene aquí con una ropa y cuando llegan a su barrio van con otra. Eso es engañarse a uno solo, este es mi presente, es lo que me pasó, es lo que quizás merezco y me siento bien así”, declara mientras suelta una de esas carcajadas que muchas veces contagiaron y mantuvieron alegre al plantel olimpista.

“La gente se pregunta qué pasó con el “Pollo”, pero yo no gané mucho dinero, no jugué en Europa, hice billete para sobrevivir, invertí en transporte, también en ganado y me fue mal, el huracán Mitch me dejó jodido”.

Este hombre no es de los que se vence, levanta la cabeza y se muestra firme y seguro, así como cuando lo hace al montarse a la grua que maneja y que lo coloca a muchos pisos arriba del suelo.

Galindo dice que en la pintura encontró su otra pasión.

“El “Pollo” sigue siendo el mismo de siempre, juguetón a pesar de mis años, tiene 49, trato de mantener mi espíritu, contagio al grupo, los mantengo alegres, ese siempre ha sido mi papel, incluso desde que estaba en Olimpia, mantener a la gente feliz”.

LA MUERTE LO VISITÓ, PERO NO LE ENCONTRÓ
Galindo revela que a escazos 10 días antes de encontrarnos con él en Boca Ratón, un amigo y compatriota suyo, falleció por no guardar las medidas de seguridad necesarias para manejar la grua, que él día con día manipula con la mayor naturalidad del mundo.

“La Máquina es segura, muchas veces nosotros hacemos cosas que no tendrían que realizarse, hace poco un compañero, Justo Osorio, un hondureño de Olancho, murió al ser catapultado por la máquina. No iban enganchados y salieron volando, el no sangró ni nada, pero falleció, talvez producto del golpe, ya que cayó desde muy alto”, revela mientras seca su rostro con un trapo sucio lleno de pintura, como toda su vestimenta.

“Muchas veces salimos de la casa, pero no sabemos si regresaremos, este riesgo forma parte de mi trabajo, pero la tragedia de mi amigo Justo nos está sirviendo para tomar más medidas para evitar este tipo de accidentes. Todo lleva su riesgo, algún día me puede pasar a mí”.

“La vida aquí es dura, muy dura, pero yo persevero, estoy acostumbrado a luchar, siempre tuve trabajo fuerte, físico, toda mi vida laboré bajo el sol, no me asusta trabajar bajo el sol, esto no me hace, no me quejo, soy positivo y siempre digo que me va ir bien”.

UNA VIEJA GLORIA
Muchos lo ven como alguien que ganó mucho dinero en su carrera , pero él afirma que no fue así, que si obtuvo buenos salarios, pero la mala suerte lo llevaron a meterse en negocios que rápido se le vinieron a pique.

“Jugando en nuestro país, ganas títulos y todo, pero se devenga para vivir y estar bien, pero no para resolver toda tu vida, en mis tiempos podías comprarte tu casa, carro y nada más. Cuando recibí buen dinero fue en Perú, en el Herediano de Costa Rica, en Honduras ganaba solo para pasarla”.

Los años, a pesar de seguir manteniendo condiciones, hicieron que dejara su hueco en el Olimpia a elementos como Fabio Ulloa.

Foto: Diez

Pollo Galindo ahora radica en Estados Unidos y es cristiano.

“Me retiré en 1996, ya no agarraba a nadie, surgieron los muchachos jóvenes y los viejitos teníamos que irnos. Yo lo entendí. Mi llegada Estados Unidos se dio a causa del Mitch en 1998, ese huracán me dejó muy desquebrajado, me hizo meterme a compromisos que después no pude cumplir, mi hermano José me dijo que me fuera para Indianápolis a pasar un mes para liberar presiones y ya llevó 12 años en EUA”.
Las presiones de las deudas fueron muy grandes, pero como hombre de palabra tomo el reto de honrarlas a como diera lugar.

“Hablo muy pocas veces de eso, porque es un recuerdo desagradable mío, cuando me metí al negocio del transporte, adquirí deudas, poco a poco he ido saliendo, pero es algo que no me gustaría recalcar, porque le fallé a amigos, pero aquí estoy trabajando y pagando algo que no fue culpa mía”.
Lo que más le duele no es sacrificar todo el tiempo el cuerpo para salir adelante, sino el no poder ver a sus retoños.

“Desde que me vine de EUA, no he visto a mis hijos en 12 años, los dejé pequeños y están grandes ahora. Les he ayudado y siempre estoy disponible para lo que necesiten. Allá no puedo ir con las uñas a quitarle la comida a mis hijos”.