Liga Nacional

Don Eulogio Palacios revela que tiene 36 hermanos y todos reconocidos por su padre

El papá de Milton, Jhonny, Jerry y Wilson Palacios, habló tendido con Limber Pérez y hace varias revelaciones

2016-08-30

Cada cana sobre la cabeza de Don Eulogio Palacios representa una de las miles de vivencias que le ha dejado la vida y sobre todo el fútbol. El papá de los famosos Palacios habló de todo, hasta de las críticas que le hizo a su hijo Jhonny por el error en el gol de Neymar en los Juegos Olímpicos.

Don Eulogio, usted es un adulto mayor y aún se mira muy vigoroso, ¿qué hace para verse bien?
Estar trabajando con los niños, esto me mantiene y me hace sentir muy bien entrenar a estos pequeños, lo disfruto mucho, me entrego a ellos.

¿Cómo anda con la alimentación, aún come su fóbulo, su tapado con coco, una machuca al mediodía?
Claro, hay momentos en que mi esposa o mi suegra preparan este tipo de comida, pero no todo el tiempo, pero sí como estos platillos. Entre los garífunas una buena comida típica no puede faltar en la mesa, es indispensable, no tengo problemas para comer cualquier tipo de alimento y en cualquier momento.

Desde que yo era un niño siempre escuché sobre un tal don “Pala”, que le gustaba andar entrenando niños en La Ceiba. ¿Cuándo piensa jubilarse?
Hasta que Dios diga hasta aquí, ese día ya no podré moverme, no podré hacer este trabajo; en realidad, lo que estoy haciendo es algo que me gusta y eso me da satisfacción, siento mucho placer en trabajar con estos muchachos, siempre lo he disfrutado.

¿Qué representan estos niños para usted?
Unos hijos más, me he acostumbrado a estar todos los días con ellos, me levanto muy temprano y me vengo a mi complejo, regreso a casa a las siete de la noche, me preparo para dormir, tomo una ducha antes porque llego un poco cansado.

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Apuesto que siempre le reclamaban en casa por llegar muy tarde y por estar con hijos ajenos.
No, para nada, mi esposa me dice que me veo muy bien y que eso me hace bien. “Te gusta lo que haces, lo disfrutas y a mí me fascina verte bien, me enamoro cada día de vos”, ja, ja, ja. Entonces, tengo que estar bien, me gusta que mi esposa me diga que a estas alturas de mi vida se siga enamorando de mí. Ja, ja, ja, cuando se siente mal de salud me quedo un rato con ella, la cuido un momento y luego tengo que cumplir el compromiso con los niños.

¿Cómo es un día para usted cuando sabe que no verá a sus niños, no hay entreno, un día de lluvia o se ha acabado el campeonato?
Cuando juegas todas las categorías un fin de semana, el lunes se descansa y yo me quedo un rato en casa, luego me vengo al complejo a ver si me distraigo, no me gusta estar sin trabajar con los niños, siempre les he dedicado tiempo.

Don “Pala”, al final de todo esto ¿Usted es entrenador, estudió o es a la brava?
Claro que saqué varios cursos, soy entrenador de fútbol, tomé varios cursos con el profesor Tejeda, que por cierto está muy enfermo, manejo niños desde hace más de 39 años, todos mis hijos jugaron conmigo, Milton tiene 36 años y yo le enseñé a jugar.

¿Hay rumores que dicen que usted se cree entrenador?
Es una falacia. Soy entrenador, ja, ja, ja. Claro, no tengo el título que le dan a los que se gradúan recién, hay un muchacho que trabaja conmigo, he colaborado con él para que saque sus títulos, tengo varios diplomas, me considero que soy un buen entrenador, la experiencia que tengo, el ojo mágico que poseo para ver a esos muchachos, solo un entrenador de fútbol lo tiene, entonces cuál es el problema, he demostrado que soy un técnico.

¿Qué es lo que le ve a un jugador que puede llegar a destacar, ese ojo suyo ha sido muy efectivo?
La mayor parte de los jugadores que he descubierto son los que he traído de la calle y los mejores futbolistas en la historia de Honduras han sido los que han salido de ahí mismo, son los que llegan, tengo un niño acá que hace poco lo traje, solo pasaba en la calle, se ganaba la vida bacheando con tierra en la La Ceiba, un día pasó y le pregunté si quería estar jugando fútbol en vez de bachear calle y me respondió que sí, al día siguiente lo fui a buscar y me lo traje al complejo, es uno de los mejores jugadores que tengo acá, es ahí en donde se encuentran esos buenos jugadores, solo hay que trabajarlos e incentivarlos, eso también es clave, no solo es de ir a buscarlos a la calle. Yo los trabajo.

¿Todavía anda escondido en su carro por las calles de La Ceiba viendo jugadores y luego traerlos a su equipo?
Exactamente, incluso, cuando usted me llamó, yo iba saliendo a traer a la gente, voy a Corozal, Sambo, a varios lugares viendo niños que están jugando, me paro un rato para ver las potras, siempre veo cosas interesantes en varios niños, sigo en esto y esto es lo que me gusta, esto es mi vida.

¿Qué gana con esto, se ha lucrado económicamente?
No, para nada, en esto no se hace pisto, me lleno de satisfacción cuando los veo un día jugar en la Liga Nacional, eso me hace feliz, no les cobro ningún centavo, incluso, el que es preparado aquí se va cuando tiene 18 años, tratamos de buscarle equipo en la liga, porque esa es mi apuesta y sin costarle nada, eso me satisface.

¿Ha tenido algún problema con los padres por estos cipotes que anda reclutando?
Esa es la naturaleza de nuestra gente, cuando ellos ven que alguien lo que hace es tratar de ayudar, no piensan que están salvando al niño de malas gavillas, hay padres que cuando miran que el cipote ya está preparado y creen que ya puede salir, entonces ellos intervienen, ‘es mi hijo, lo manejo yo’, cuando estoy en una situación de esas, siempre les digo: ‘señor, ahí está su hijo, lléveselo’, ja, ja, ja. No me complico, tengo muchos años en andar metido en esto.

¿Tantos años trabajando con toda clase de niños, algún día ha sido objeto de falta de respeto, alguien se sobó y lo insultó?
No, nunca, soy una persona que tengo algo especial con todo el ser humano, en cada categoría hay 30 jugadores, cada uno de ellos me tiene un gran respeto, me ven como a su papá, nunca he tenido un problema de esa naturaleza, no sé si algún día me voy a cansar de hacer lo mismo y voy a perder los estribos, pero hasta la fecha, no puedo quejarme que un niño me haya faltado el respeto, jamás.

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Solo me ha contado que usted siempre ha entrenado a estos niños y que ha rescatado a varios de la calle, pero ¿ha compartido con ellos, les ha dado de comer?
Claro, no puedo comer enfrente de ellos sin compartir, aquí les doy comida, siempre los invito a jugar temprano y tengo que ir a buscar comida, después de jugar tienen que comer, además, los niños siempre andan con hambre, nunca me han faltado el respeto.

¿A quién conocen más en La Ceiba, a don “Pala” o a sus hijos futbolistas?
A mí, aquí soy más famoso que ellos, ja, ja, ja. Yo no soy de ahorita que ando metido en esto del fútbol, pero tengo que reconocer que gracias a ellos yo sigo en esto, si no tuviera apoyo de ellos ya no podría seguir, antes esto lo hacía en la calle, iba a ciertas canchas y me echaban con todos los cipotes, llegaba al campo del Victoria y al rato iba para afuera, igual cundo iba al Sauce. Un día le comenté a Wilson lo que estaba pasando, siempre quise tener un espacio propio en donde trabajar en paz con los niños, el día que él me dijo que fuera a buscar el terreno para construir un complejo, me sentí realizado, muy feliz, hoy trabajo el tiempo que yo quiera con los niños.

¿A qué se refiere cuando dice que surgieron de la nada?
Hablando de mi familia, en verdad surgimos de la nada, yo fui futbolista, yo jugué en el Victoria juntamente con mi hermano, somos una familia futbolera.

¿En qué posición jugaba?
Era defensa central en el Victoria y te hablo del Victoria de primera división, no el del barrio, jugué con Lanza, Manfredo Zúniga, entre otros.

¿Era mejor jugador que su hijo Milton Palacios?
Claro, era mejor que Milton, ja, ja, ja. Milton es un hombre alto, y lo respetabas por ser grande, en cambio, yo no era de ese tamaño, mi estatura era la misma de Wilson, era un jugador de tamaño regular, era más ágil, corría más, Milton no podía correr lo que yo corría, yo era más bajo de estatura y tenía calidad, sabía parar una pelota y dar un pase.

Foto: Diez

Don Eulogio Palacios es todo un personaje en La Ceiba porque todos sus hijos salieron futbolistas.

¿Todos sus hijos son casi seguidos, le costó educarlos?
No, no nos costó porque yo he sido un hombre que he trabajado toda la vida, trabajé desde que estaba soltero, luego laboré en la municipalidad y 35 años en la Blanquita, siempre he sido una persona laboriosa, además, siempre le he dedicado tiempo a ellos, fue una lucha, en eso consiste la vida.

Don “Pala”, usted ha sido un hombre que ha luchado en la vida, un hombre digno de trabajo, y esa frase que dicen en el país que el garífuna no trabaja, que después del mediodía se sube a una hamaca a dormir toda la tarde...
Estas situaciones suceden en los pueblos, en la ciudad el que no trabaja no come, también hay que aclarar que cuando un garífuna está durmiendo en su hamaca al mediodía o por la tarde, es porque ha venido de trabajar, salió a pescar a media noche o recién llegó cansado de trabajar la tierra, el negro de los pueblos es agricultor, después de llegar de trabajar, en vez de irse a la calle, descansa para estar listo para laborar al día siguiente, al mestizo le cuesta entender eso. Solo saben decir que ese negro no trabaja.

¿A qué se dedicó en un momento, fue agricultor o pescador?
Ninguno de los dos, conozco el trabajo de un agricultor y el trabajo de un pescador, a pesar que mi papá fue un hombre que logró poner 36 hijos.

Deténgase un rato don “Pala”, ¡¡36 hijos!!
Sí, reconocidos, aparte de los que estoy y sigo conociendo, hay varios extras por ahí. Todos fuimos reconocidos por él, somos muchos hermanos, han muerto varios, no había televisión en ese tiempo, mi papá se ocupaba el tiempo en hacer hijos.

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Recién usted defendió a su hijo Johnny Palacios después que cometió un grave error contra Brasil, ¿él lo llamó para que usted lo defendiera?
Yo siempre estaba pendiente de todos ellos, de Wilson, que era un poco malcriado para jugar, yo estaba pendiente de cualquier error que ellos cometían en los partidos, a él le gustaba andar peleando con los árbitros, provocarlos, yo tenía un cuaderno y anotaba todos los errores que él había cometido. Lo hice con todos ellos, luego se los decía para que lo corrigieran, yo vi la acción de Johnny y fue una lástima, él siempre me habla después de cada partido, no importa el lugar, cuando hablé con él después del juego, le dije que había cometido un grave error, pero son cosas que pasan en el fútbol. Le dije: ‘Le bajaste el gas a tus compañeros, apenas comenzaba el partido, pero no tienes la culpa que Brasil haya ganado por seis goles’. Tuvo culpa en el primer y último gol, tampoco es para hacer creer que el partido se perdió por él, si el juego se pierde por 2 a 0, el primer y último gol, entonces yo pensaría que la culpa es total de Johnny, perdimos por seis y nos superaron.

¿Cómo lo sintió emocionalmente después que habló con él?
Lo sentí normal, él está preparado para asimilar un error que pasa constantemente en el fútbol.

¿Por qué no le sugirió a Johnny que renuncie de la selección?, Richardson Smith cometió un error en México y casi le queman la casa en San Pedro Sula.
No puedo decirle eso, no puedo pedirle que deje la Selección, está haciendo algo que le gusta y no lo hace a fuerza sino con voluntad.