'Pupa' Martínez: 'Me dicen el Rey Pelé de la cocina”

No era su sueño, pero se convirtió en amo de la cocina casi por accidente. Su labor no es precisamente la deseada para un hombre que demostró en la cancha, coraje, carácter y en su hogar siempre tuvo quien le hiciera los sagrados alimentos.

René “La Pupa” Martínez, aquel defensa recio, fuerte y que con su tan sola presencia metía miedo a los atacantes, ahora demuestra su talento en el arte culinario, donde armado con pantalón, más parecido a una tabla de damero que otra cosa, y una camisa blanca, día a día le pone sazón a todo lo que se consume en el Bistro Milano, uno de los más exclusivos restaurantes del área de Manhattan.

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“Me siento bien en lo que hago ahora, aquí venimos a superarnos, ahora trabajo en Bistro Milano, donde mi jefe es también hondureño, yo soy el que preparo las cosas en el restaurante. De esto vivo, porque del fútbol profesional, ya no hay nada”, dice la “Pupa” al iniciar esta amena conversación en la que nos muestra paso a paso su labor.

Cuchillo en mano y deshojando poco a poco cada uno de los vegetales que debe picar antes de que los chef de este restaurante hagan su magia y complazcan a los cientos de neoyorquinos que visitan Bistro Milano.

“A cada uno le llega la hora, mi mamá fue la que me trajo a Estados Unidos para arreglarme papeles, tuve la ventaja de venir a conocer y quedarme, aterricé aquí en 2007, mi primer trabajo fue en construcción, pero ya llevo tres años en Bistro Milano”, sigue contando.

APRENDER O MORIRSE DE HAMBRE
Martínez, quien es querido y adorado por sus compañeros de trabajo y descrito como un hombre a quien no le asustan los retos, admite que su trabajo no es pesado, pero es demandante, ya que nunca se descansa.

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“Uno a Estados Unidos viene hacer lo que en Honduras no podía o no quería, aquí aprendí este oficio, le agradezco a mi jefe por haberme enseñado a hacer lo que hago ahora”.

“Yo me retiré joven, tenía apenas 31 años de vida, de fútbol se vive, pero no toda la vida. Uno aspira a venirse a este país, yo quería estar acá y mi mamá me trajo y yo no le iba a decir que no”, comenta.

Aunque su vida se ha vuelto una rutina, él trata de sacarle el máximo provecho porque entiende que su familia depende ello.

“Aquí madrugo mucho papá, me levanto a las 5:00 am, salgó 20 para las seis de mi casa, tomo el tren y entró a trabajar a las 8:00 am. Siempre y como parte de mi lista de efectividad, debo tener todo listo para que los chef hagan lo suyo”.

“No puedo decir que me mato como en la construcción, pero igual requiere de mucha concentración. Preparo salsas, pico condimentos, tomates, además ayudo a mis compañeros en cualquier cosa que me pidan”.

“La cocina ahora es mi pasión, es tan linda como el fútbol, esta era una pasión escondida en mí”, dice la “Pupa” mientras se echa una de esas carcajadas que pocas veces mostraba en un campo de fútbol.

SE LIBRÓ DEL SUFRIMIENTO QUE OTROS PADECEN
Martínez se muestra feliz porque a diferencia de muchos compatriotas, quienes buscan cumplir el mal llamado “Sueño Americano”, se ha librado de ese sufrimiento que a algunos los ha llevado a perder manos, pies, y ya puestos en Estados Unidos, son discriminados por el simple color de piel.
“No he sufrido mucho, todo se lo debo a mi madre, a veces me da lástima cuando veo lo que otros catrachos pasan, pero uno tiene que tratar de hacer algo, he superado, muchas veces en Honduras uno sueña con estar en estos lugares, antes estaba en La Ceiba y ahora trabajo en medio de rascacielos”.

Por increíble que parezca, la “Pupa” es un experto manejando la tabla y el cuchillo, un tomate lo parte en 15 rodajas en menos de 30 segundos, una velocidad que asombra, pero en la que ha invertido muchas horas de práctica.

“Ya no le tengo miedo a estas cosas, si fui rebelde en la cancha, soy perfeccionista en la cocina. Hay algo claro, el que quiere venir a Estados Unidos, es para darle lo mejor a la familia, yo extraño a la mía, a mi tierra catracha, aquí es bonito, pero mi Honduras es incomparable”.

La falta de recursos económicos, como en la mayoría de los casos, no fue lo que orilló a René a dejar atrás a su familia y a su amada costa.

“Yo no vine por necesidad, me salió la residencia y la tomé, si me negaba, quizás esa oportunidad nunca jamás se habría repetido”, reflexiona.

UN REY SUELTO EN NUEVA YORK
Moisés Martínez, un mexicano que comparte labores con la “Pupa”, indica que a pesar de no haberlo visto jugar, en lo que si le ve talento, es en las canicas, pero revela el apodo que le han puesto al ceibeño, ojo, no por la forma de moverse y demostrar sus cualidades en una cancha, sino por como se desempeña en el arte culinario.

“Aquí le decimos el rey Pelé”, dice, ¿Por qué entonces?, le preguntamos, “Es que se parece mucho a Pelé cuando estaba chavo”, responde Moisés.
A estos halagos, el ex integrante de Vida y Olimpia, le lanza una sonrisa con un abrazo fuerte que acompaña una palmada en su cabeza.

“Me llevo tan bien con mis compañeros que ellos siempre me tienen presente, se tomaron el tiempo de compararme con un gran jugador, imagínate, si lo traslado a mi trabajo, me dicen el Rey Pelé de la cocina”.

Quién es:
NOMBRE COMPLETO: Arturo René David Martínez
LUGAR DE NACIMIENTO: La Ceiba, Atlántida
FECHA DE NACIMIENTO: 15 de diciembre de 1966
EDAD: 49 años
DEBUT EN EL FÚTBOL: 1984
HIJOS: 3, Júnior, Luis y Doris.
RETIRO: 2002
EQUIPOS EN HONDURAS: Vida y Olimpia
Ya retirado ha jugado amateur en EUA con: Ceiba, Guapinol, Scorpion y Honduras Boston Veterans.
Trabajos en EUA: Construcción y cocina

DATOS:
1
Título ganó en su carrera, fue en 1993 cuando conquistó el campeonísimo con Olimpia bajo el mando de Chelato Uclés.

2007
En ese año emprendió su primera aventura a Estados Unidos, pero no fue hasta 2009 cuando decidió establecerse de forma definitiva en ese país.

18
Años tenía cuando debutó de manera profesional con el Vida de la Ceiba, club al que llegó procedente del Cámara Júnior.

$10
Por hora, ese es el sueldo promedio de Martínez en su actual trabajo, no incluye bonos ni horas extras.

CORTITAS CON LA “PUPA”
UN BUEN GESTOR ECONÓMICO
“Muchos jugadores no hicieron lo que tenían que hacer durante su carrera, yo por lo menos hice mi casa en La Ceiba, aproveché el fútbol”.

FELICIDAD
“Todo ha valido la pena hasta ahora, mis hijos están bien, yo igual, entonces no hay por qué quejarnos”.

MENSAJE A LOS CATRACHOS
“Un saludo a todos los hondureños que me siguieron a mí, siempre van a tener PUPA para rato, se les aprecia y a la distancia se les manda un abrazo muy caluroso”.

EL FÚTBOL
“No lo dejo porque es mi pasión, no me olvido de este deporte porque el amor que siento por la que fue mi profesión, no se deja así nomás”.

UN SUEÑO
“Traer a mi esposa a Estados Unidos, estar en este país sin tu mujer es difícil. Otro es perfeccionarme como cocinero y ver si en futuro ponemos un negocio en Honduras”.