Al más fiel estilo de la ley mordaza que gobiernos e instituciones no gubernamentales aplican cuando ocultan algo, los clubes de la Gran Ciudad han determinado esconderse y obstruir la libertad de prensa a los cronistas deportivos que a diario visitan sus sedes para permitir a sus aficiones conocer su actualidad.
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La Máquina, que el fin de semana pasado perdió la posibilidad de evitar la repesca, determinó con antelación comunicar a los medios su negativa a otorgar impresiones, mientras que el Monstruo protagonizó una frenta aún peor, puesto que dejo 'plantados' a los periodistas que acudieron al acto promocional en que previamente se estipuló la presencia de cuerpo técnico y jugadores.
La lamentable disposición lejos de beneficiarles con la mira en los agarrones ligueros que sostendrán les perjudica, ya que la promoción que cada periódico, radio o televisión realizan es vital para que los hinchas se acerquen a los estadios y respalden económicamente sus arcas.
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'Hubo un error involuntario de comunicación y coordinación'. Así justificó el dirigente esmeralda Rolando Peña, el único que dio la cara, el desplante de su institución el día de ayer.
Por su parte Julio Aguilera, el relacionista público aurinegro, se limitó a informar que el cese a las declaraciones era por 'disposición' de la junta directiva catedrática y luego del juego con los tocoeños todo volvería a la normalidad.
Habrá que ver si después de los encuentros de ida de la fase previo a las semifinales del campeonato los dos colosos sampedranos deciden modificar su conducta, aunque viendo lo que acontece cuando los resultados son negativos es una incógnita que solo se desvelará tras las batallas que afrontarán entre miércoles y jueves.
