El técnico Diego Vázquez citó a sus jugadores en una cancha sintética que está cerca de las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH.
El entrenamiento se realizó con total normalidad, pero a la salida sufrieron del gas lacrimógeno que tiro la policía para despejar a los manifestantes que estaban en la UNAH.
Todo ese gas lacrimógeno llegó hasta la cancha donde estaban los jugadores del Motagua que de inmediato comenzaron a sufrir los efectos.
Marcelo Pereira fue uno de los que más sufrió con el gas.
Al final cada uno salió y se subió a su respectivo vehículo para trasladarse a sus casas y no seguir sufriendo los efectos del gas lacrimógeno.