Alrededor de la tienda de aparatos electrónicos de Ahmad al-Modramani en el barrio Qaymariyé, las guirnaldas con los colores de las banderas de las selecciones mundialistas dan alegría y anuncian el inicio de la fiesta.
'Antes de la guerra en Siria, nadie apoyaba a la selección de Rusia, considerada como una más', afirma el hombre a la AFP.
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Pero 'desde la implicación de Moscú, más sirios simpatizan con Rusia', añade el joven de unos treinta años, apasionado del fútbol.
En su página de Facebook destinada al fútbol, que cuenta ahora con más de 70.000 miembros, los comentarios y reacciones caen en avalancha.
La mayor parte de internautas 'apoyan a los equipos fuertes tales como Brasil y Argentina, pero el nombre de Rusia está cada vez más presente', precisa el fanático.
Este aliento hacia los organizadores de la Copa del Mundo, que arranca el jueves, es una especie de recompensa al apoyo determinante que Moscú aportó al gobierno sirio.
Desde la intervención militar rusa de 2015, el régimen del presidente Bashar al Asad pudo dar vuelta una situación que parecía crítica y ya comienza a encadenar victorias.
Las últimas de la lista han permitido al gobierno retomar el control total de la capital y de sus alrededores por primera vez desde 2012.
'La gente se siente más tranquila hoy en día, pueden seguir la Copa del Mundo sin temor, mientras que en 2014, la guerra estaba en su punto álgido en Damasco, y los habitantes estaban más preocupados por su seguridad' que por otra cosa.
- Gol 'político' -
Sentado en su silla de madera, ubicada delante de su negocio de accesorios de la Copa del Mundo, Hammoud Khamiss responde con una sonrisa al paso de sus potenciales clientes que buscan productos expuestos en su modesta tienda.
Rusia ha utilizado durante largo tiempo su derecho de veto para bloquear la adopción de resoluciones internacionales condenando al régimen sirio. Luego se impuso como actor importante en las negociaciones desatadas sobre el futuro de Siria.
'Ahora, los que compran la bandera rusa lo hacen con un fin político. Quieren lanzar un mensaje a través del deporte', explica.
Los precios varían entre las 500 libras sirias (0,83 euros) para una bandera de talla mediana y 2.000 libras (3,3 euros) para una grande. En cuanto a los adolescentes, se llevan bandanas que cuestan apenas 200 libras (33 centavos de euro).
- 'Aliados' deportivos y militares -
En el mercado de Sueika, con muy buena reputación para la compra de artículos electrónicos, Mahmud Abu Malek, de 50 años, recibe un nuevo pedido de decodificadores en su pequeña tienda.
Ellos permiten a los no abonados a recibir las señales de las cadenas deportivas que transmiten los torneos, por un costo promedio de 5.000 libras sirias (8,3 euros) por una semana.
Tras acomodar su nuevo artículo estrella, Mahmoud le recuerda a su proveedor sobre un eventual refuerzo de productos si tiene una demanda masiva por parte de sus clientes. Y eso puede depender de los resultados del Mundial.
'La demanda de estos decodificadores debería ser importante este año', explica, detallando que muchos seguirán a los equipos fuertes, otros a los árabes y otros a los 'aliados', en alusión a Rusia.
A una decena de metros, Bassem al-Rezz, de 33 años, atiende una zapatería. Él ha decidido ofrecer un descuento únicamente a los hinchas de Argentina.
'Apoyo a Argentina en primer lugar, pero Rusia es un país aliado, somos aliados en tiempos de guerra y de paz, pero también en el deporte. Una gran parte de los sirios alienta a la selección rusa. Su victoria sería la nuestra', comentó.