El incidente, según el diario, se produjo durante un ejercicio en el que Müller, Arjen Robben y Sinai Kurt debían jugar contra una formación defensiva, buscando abrir espacios a través de la circulación de pelota.
El ejercicio no pareció desarrollarse como lo quería Guardiola, a quien le parecía que el balón no circulaba con suficiente velocidad y estaba en desacuerdo con los desplazamientos en el campo.
Guardiola interrumpió el entrenamiento y se acercó a Müller gritando y gesticulando para luego soltar una maldición en español o catalán, tomar la pelota y rematar con ira contra la portería.
'Entonces puedo irme a duchar', le respondió Müller también a gritos.
Tras su reacción el propio Müller pareció reflexionar y buscó la reconciliación con el entrenador.
'Está bien mister, me equivoqué', le dijo y ante ello Guardiola optó por reanudar el entrenamiento.