Pero el ariete siempre ha llevado una vida extravagante y la sigue manteniendo. En su libro, según recoge The Sun, cuenta sus malos hábitos alimenticios previo a los partidos.
Vardy lo primero que hace al levantarse de la cama es tomarse una lata de Red Bull. 'Me dura treinta segundos'.
Su dieta continúa: 'No desayuno y no como nada hasta que me haya tomado mi tortilla de jamón y queso con judías (frijoles) a las 11:30. Riego todo eso con otro Red Bull que también me tomo rápido'.
Posteriormente, cuando se concentra con sus compañeros y cuerpo técnico, se toma un café (doble expreso) para matar el tiempo. 'Normalmente lo tomo con el defensor Marcin Wasilewski'.
Por último y ya dentro del camerino, Vardy abre la tercera lata de Red Bull y se bebe una parte antes del calentamiento y deja la otra para el final del juego.
En resumen, es la particular dieta del atacante que asegura le hace 'correr como un loco los días de partido'.
Y por si fuera poco, una copa de vino las noches de partido porque le 'ayuda a desconectar y a dormir mejor'.
LA CURIOSA ANÉCDOTA DE LOS SKITTLES
En el libro, Jamie Vardy también cuenta una curiosa anécdota que le ocurrió poco después de llegar al Leicester cuando había sufrido una lesión que se negó a tratarse.
'Tenía una pierna muerta que estaba tardando años en mejorar. Tengo tres botellas de vodka en casa y meto montones de Skittles (una marca de caramelos de varios colores) dentro. Sólo los rojos y los morados, porque no me gustan los naranjas, verdes y amarillos. Cuando me aburría en casa me tomaba un vaso y me sentaba a disfrutarlo'.
Cuando le contó al fisioterapeuta del club que tomaba vodka con caramelos, este se quedó en shock.
'Me explicó científicamente que el alcohol perjudica durante el proceso de recuperación', cerró.
