Tras la debacle en París, Roberto había sido uno de los más señalados, tanto así, que Luis Enrique lo envió al banquillo para la vuelta.
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Sin embargo, el nacido en Reus (Tarragona) un 7 de febrero de 1992 se iba a poner el traje de héroe tras sustituir a Rafinha en el minuto 75.
El formado en La Masia afirmó que, luego de 5 minutos de haber entrado al campo ya estaba asfixiado de la tensión que se vivía en el juego, aunque eso no evitó que estuviera en el lugar correcto al minuto 94 y monedas.
En el diario El País de España confirman que a sus 25 años es un tipo tranquilo, asiduo a la familia, el hogar y lejos de los grandes focos.
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En el mundo culé es uno más, dicho en el sentido de que no protesta ninguna decisión técnica, se adapta al rol que le impongan a pesar de ser un claro mediocampista y en el vestuario es perfil bajo.
Cuando llegó al Barcelona en el 2006 luego de ser comprado al Gimnastic de Tarragona, Sergi Roberto jamás se imaginó ser abrazado por Messi, Neymar y Suárez para felicitarlo por haberle dado el histórico pase a cuartos de final de la Champions League.