Según Marca, el 21 de julio cuando el equipo iniciaba pretemporada en Los Ángeles, el presidente Florentino Pérez y José Ángel Sánchez contaban con cerrar el traspaso de Mbappé.
Había optimismo porque ya se habían reunido con los dueños del Mónaco para negociar y el jugador ya había pedido ser traspasado.
HUBO PRINCIPIO DE ACUERDO
Cuando terminó la reunión, el acuerdo había quedado bastante encaminado. El Madrid quería al jugador y el cuadro francés estaba resignado a perderlo, sumaba que no quería reforzar a un rival directo (PSG) en la Liga.
En las negociaciones, pedían 190 millones de euros por el jugador, pero las ofertas luego bajaron a 180 millones distribuidos así: 150 fijos más 30 en objetivos y subió hasta 160+20.
En la siguiente junta estuvo presente Wilfried Mbappé, padre y agente del futbolista. Este mostró buena disposición de que su hijo cumpliera el deseo de jugar de blanco y junto a su ídolo; Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, insistía en que era más importante el proyecto deportivo que el dinero. Por eso no estaba contento con que este tuviera que competir por ser titular con la BBC (Benzema, Bale y Cristiano). No veía claro cuánto jugaría su hijo con este tridente al lado.
PIDIERON LA SALIDA DE BALE
La dirigencia del Madrid intentó que Wilfried entendiera que con las rotaciones de Zidane su hijo tendría minutos, pero este insistió que para que llegara el atacante debía salir un miembro del tridente y señaló a Gareth Bale como imprescindible.
El equipo de la capital española comenzó a estudiar alternativas y una de ellas era traspasar al galés, esperaban una oferta del Manchester United pero esta terminó llegando demasiado tarde.
Con tiempo suficiente por delante esperaban que convencerían al padre del futbolista, creían tener el camino despejado porque Manchester City se había retirado de la puja y Barcelona no lo tenía entre sus objetivos tras vender a Neymar.
SU FICHAJE HABRÍA ELEVADO LOS SALARIOS DE LA PLANTILLA
En la reunión en California, Wilfried comentó que tenía una oferta del PSG por 180 millones de euros y que les ofrecían un salario de 14 millones por temporada más bonos, aparte de ofrecer que jugaría y en su posición de centro delantero.
La postura de este, similar a la del papá de Neymar, no gustó, tampoco la complicación de tener que vender a Bale.
Otra de los problemas que se plantearon si fichaban al delantero de 18 años era la escalada salarial que les tocaría hacer.
Mbappé no iba a estar por delante futbolistas de jerarquía como Sergio Ramos ni ganando el doble que referentes como Modric, Kroos o Benzema. Allí entendió Real Madrid que su fichaje se había vuelto inalcanzable.
Dos semanas después, exactamente el 7 de agosto Wilfried comunicó al conjunto que su hijo había decidido que solo jugaría con PSG y obligó al Mónaco a negociar con el gran rival.