Aunque, finalmente, terminarían pereciendo en la orilla de Sydney, merced del juego asociativo y ofensivo propuesto por Ante Postecoglou, sí, pero sobre todo por culpa de errores que comenzaron en el banquillo y que se reflejaron en el verde césped.
El encuentro de ida en San Pedro Sula había dejado claro que la paridad estaría a la orden del día, ya que, si bien los Socceroos habían sido un poco más, estos no habían podido hacer ver una superioridad manifiesta.
El 4-2-3-1 que puso Pinto en el terreno de juego fue sumamente efectivo y la Garra Catracha pudo anular en algunos tramos del encuentro a la medular visitante, que extrañó en demasía a un Tim Cahill que se recuperaba de su lesión.
Australia derrotó 3-1 a Honduras en Sydney.
Alineaciones
Australia (3-5-1-1): Ryan, Wright, Sainsbury, Jurman; Leckie, Milligan, Jedinak ©, Mooy, Behich; Rogic; Cahill
Honduras (5-4-1): Escober, Izaguirre, Alvarado, Maynor Figueroa ©, Palacios, Beckeles; Quioto, Acosta, Claros, Elis; Lozano
Pese a que el 4-2-3-1 había servido para frenar el juego asociativo y de ataque del conjunto australiano, a último momento (y sin haberlo ensayado previamente) Pinto se decidió por plantar en terreno oceánico un incomprensible 5-4-1.
Y sorprendió la medida tomada no solo porque no se llegó a consensuar antes con los jugadores -que no se sienten cómodos jugando de dicha manera-, sino porque los resultados no han sido los deseados cada vez que el colombiano se decidió por poner una línea de cinco defensores (sea en dicho sistema táctico o también con un 5-3-2):
• Honduras 0-0 México
• Estados Unidos 2-1 Honduras
• Honduras 1-1 Panamá
• Honduras 0-2 México
• México 0-0 Honduras
• Panamá 0-1 Honduras
• Honduras 1-1 Costa Rica
• Ecuador 3-1 Honduras
• Estados Unidos 6-0 Honduras
• México 3-0 Honduras
• Panamá 2-2 Honduras
• Honduras 0-1 Costa Rica
• México 1-0 Honduras
Si, desde su llegada al banquillo de la H, en hasta 13 oportunidades se había probado con la línea de cinco defensores (tanto en amistosos como en competencias oficiales) y el resultado no había sido el mejor: 1-5-7, con un récord de 6-22 en goles marcados y recibidos.
Una línea de tres muy marcada al fondo pero poco efectiva.
La imagen que se vio durante varios tramos del encuentro fue esta: los tres del fondo se mantuvieron casi siempre en línea y los laterales no salían a cubrir las salidas de Jedinak, Milligan y Mooy, por lo que estos, como se observa en la imagen, tenían mucho terreno para avanzar, a la vez que los carrileros Socceroos (Leckie y Behich) aprovechaban esa apatía para romper por las bandas.
El único que solía ser marcado era el retornado Cahill, que no tocó mucho la pelota pero que, con enorme inteligencia y paciencia, supo ver sus oportunidades, tanto para asistir a un compañero como para recibir faltas en lugares clave del campo.
Y este estatisismo generó situaciones como la siguiente: los defensores hondureños ponían sus ojos en la pelota y en el jugador que la tenía en sus pies, pero descuidaban muchísimo a todos los demás, que llegaban como una exhalación hacia el área defendida por Escober. Así llegaron el tiro libre que Jedinak terminaría convirtiendo, como también los dos penales.
En pocas ocasiones Honduras pudo mantener marcas al hombre (como en la imagen), pero aún así los laterales fueron un punto muy flojo, sobre todo luego de la lesión de Izaguirre, ya que la entrada de Henry Figueroa no mejoró en nada la situación.
Rara vez en el partido Honduras presionaba en el hombre a hombre.
Se dice que en la vida los que se animan son los que finalmente resultarán vencedores, y en Sydney esto fue más que palpable: Postecoglou paró a su equipo bien arriba, buscó que el balón circulara con rapidez y por los costados.
Aunque en el primer tiempo Honduras pudo hacerle frente a su rival (que solo pateó una vez bajo palos pese a tener el 72% de la posesión de balón), la clave pasó por la calma. Australia sabía que este era el camino, y aunque cedió más el esférico en la segunda mitad (solo la tuvieron en su poder un 51%, un cambio enorme), supo por donde y cuando atacar y eso, sumado a la apatía de un rival que se sentía incómodo con el sistema propuesto por su entrenador, terminaría por generar la diferencia final.
Hubo varias jugadas en las que Australia le ganó las espaldas a Honduras.
La apuesta por pasarse a la Confederación Asiática le salió redonda y, aunque esta eliminatoria le costó mucho, el pase le sigue dando réditos gracias a la mayor competitividad de la región.
En cambio, Honduras pagó caro el mal manejo de esta eliminatoria a partido y revancha ante los oceánicos, sobre todo por haber puesto en cancha un sistema tan defensivo que incluso impidió a sus jugadores salir a buscar la igualdad (que los metía en Rusia).
Los defensores hondureños se metían demasiado y dejaban descubierta la primera zona.
En Twitter: @GattiJuan