El futbolista Robson de Souza, Robinho, recibió nueve años de prisión tras ser condenado por la justicia italiana por cargos de violación.
Hace dos semana, la Gazzetta dello Sport escribió que la resolución fue ratificada tras el juicio por un ataque sexual en grupo a una joven albanesa, ocurrido en enero de 2013 en Milán, mientras el delantero era miembro del AC Milan.
La resolución llegó hasta Brasil donde se ha desatado la polémica por los actos del jugador. Un abogado brasileño explicó que la sentencia no sería válida en su país.
“Aunque Brasil tengan un tratado de extradición y cooperación, la constitución la prohíbe al haber nacido en su territorio y es necesaria una petición o una orden de prisión emanada de un juez italiano”, explicó.
Pero ahora se sumaron nueva críticas al delantero ‘Galo’. Un grupo de fanáticas del Mineiro colgaron un lienzo que decía: “Un condenado por violación jugando en el Galo es una violencia contra todas las mujeres”.
Esta pancarta fue dirigida a Robinho en la sede del Atlético Mineiro.
“No es primera vez que Robinho sufre ese tipo de acusaciones. El hecho de la decisión en primera instancia ya es una condena. Queremos que el Atlético se manifieste sobre esa violencia y trabaje el tema de la cultura de la violación dentro del club”, dice la mujer cuya identidad no fue revelada.
El compromiso de Robinho con el Atlético vence a finales de año. El delantero, próximo a cumplir 34 años, tiene uno de los mayores salarios del equipo de Belo Horizonte (cerca de 800.000 reales al mes, unos 200.000 euros) y negocia la extensión del acuerdo por otro año con reducción de sus ingresos.
El Santos, el club en el que se dio a conocer, está también interesado en contratarlo incluso tras la repercusión de la sentencia en Italia.
Vale la pena mencionar que la vida de Robinho lejos del campo siempre ha sido un verdadero problema. En 2009, cuando jugaba en el Manchester City, ya había sido acusado de violación por una mujer que conoció en un club nocturno de Leeds. Robinho llegó a irse a Brasil sin la autorización del club, por miedo a ser detenido.