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Cristiano Ronaldo; una historia de pobreza, retos y superación

Nació en una familia humilde en la remota isla de Maideia. Desde niño soñó con ser el mejor, pero una operación de corazón estuvo a punto de acabar con el mismo. Hoy levanta su quinto Balón de Oro.

2017-12-07

Cristiano Ronaldo conquistó su quinto Balón de Oro y es una leyenda del fútbol. Rompe récords y su obsesión por ganar no disminuye. Triunfó en el Manchester United y lo ha hecho en Real Madrid. Pero su historia con la pelota comenzó en su natal isla de Madeira, en Portugal.

Detrás de esa imagen de estrella se esconde muchos años de trabajo imparable, tuvo que dejar su casa muy pequeño para ser uno de los mejores del mundo.

'Recuerdo esa época con nostalgia, porque duró muy poco. El fútbol me lo ha dado todo, pero también me alejó de mi casa cuando todavía no estaba realmente preparado. Tenía once años el día que me mudé de la isla a la academia del Sporting de Lisboa y fue la etapa más difícil de mi vida', escribió en una carta en 'The Players' Tribune”.

Foto: Diez

Su primer equipo fue el CF Andorinha donde su padre era utilero. Recuerda que el primer día había le explicaron un montón de reglas que no entendió, pero le gustó la organización y la sensación de ganar.

“Mi padre siempre estaba ahí, en la banda, con su barba y uniforme de trabajo. Le encanaba. Fue mi primer representante, cuando llegábamos a casa después de los juegos, solía decir; Cristiano ha marcado un gol. La vida no era fácil entonces en Madeira. Solía jugar con botas viejas que heredaba de mi hermano o que me prestaban mis primos. Pero cuando eres niño, no te preocupa el dinero'.

A los 10 años ya era pretendido por Marítimo y Nacional, ambos de Madeira. Finalmente se incorporó al segundo. Pero en 2001 hizo una prueba con Sporting de Lisboa y tuvo que dejar la isla.

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Le costó alejarse de su familia, a la que veía cada cuatro meses. Por eso, no imagina ver a hijo seguir sus pasos, ya que le daría duro en su condición de padre.

“Me parece una locura cuando lo recuerdo. Solo pensar en cómo me sentiría si dentro de unos años estuviera ayudándo a Cristiano Jr. a hacer las maletas para mandarle a París o Londres… prefiero ni imaginármelo. Estoy seguro de que para mis padres fue muy duro en su momento”, manifestó el portugués.

Desde niño, las condiciones de Cristiano resaltaban por sobre los demás. Se dio cuenta de aquello y de que debía trabajar en su físico, ya que el talento natural estaba.

Y es que “es verdad, yo era muy flaco. No tenía músculo. Así que a los 11 años tomé una decisión. Ya sabía que tenía más talento que los demás. En ese momento decidí que también iba a trabajar mucho más duro que ellos. Ya no iba a jugar como un niño. Ya no me iba a comportar como un niño. Iba a entrenar con la convicción de que iba a llegar a ser el mejor del mundo”.

Es un ganador de raza, lo lleva en la sangre y trabaja para superarse día con día.

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“No sé de dónde me viene ese sentimiento. Es algo que está dentro de mí. Es como una sensación de hambre que nunca se va. Cuando pierdes, es como si te estuvieses muriendo de hambre. Y cuando ganas, también te estás muriendo de hambre, pero te has comido una miga de pan. Esta es la única manera en que puedo explicarlo”.

Recuerda una anécdota mientras jugaba para el Sporting. “Cuando tenía 15 años, me acerqué a algunos de mis compañeros durante el entrenamiento. Lo recuerdo claramente. Les dije, ‘Algún día seré el mejor jugador del mundo’. Se rieron. Todavía ni siquiera estaba en el primer equipo del Sporting, pero realmente lo pensaba. Lo decía totalmente en serio”.

Cuando tenía doce años ya quería ser Figo. Llegó a jugar con él esa Eurocopa del 2004 que su selección dejó escapar en su país. Inolvidables las lágrimas del joven Ronaldo, con 19 años, al perder la final en Lisboa frente a Grecia. En casa siempre escuchó hablar de Eusebio, Torres, Coluna. Quería ser uno de ellos. Y lo es. Incluso los ha superado.

ESTUVO A PUNTO DE ABANDONARLO TODO

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A los quince años, Cristiano vivió un momento trágico, decisivo para el futuro de su vida y de su carrera. Ya pertenecía al Sporting de Lisboa. Su valentía, su velocidad, su carácter y su agresividad en ataque fueron virtudes admiradas por los ojeadores del equipo de la capital. Todo se podía acabar cuando se le detectó un problema de corazón que pudo retirarle del fútbol.

El Sporting informó a su madre, Dolores dos Santos, de su dolencia cardíaca. Necesitaban su permiso para operarle y ver si el problema tenía solución o había que colgar las botas a los 16 añitos.

Doña Dolores, la persona que ha estado siempre a su lado hasta llegar a ser el número uno, dio permiso para la intervención quirúrgica. Se le operó con láser. Todo salió bien. Ya no había lesión. Podía continuar su sueño de ser futbolista. Pocos días después exigía entrenarse de nuevo. Volvía a empezar, con mayor ilusión.

PASA AL MANCHESTER UNITED

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En la temporada 2003-04 Sir Alex Ferguson lo fichó y allí su carrera dio el salto de calidad.

“Al principio, ganar trofeos era muy emocionante para mí. Recuerdo cuando gané mi primera Champions con el Manchester, las emociones me superaron. Lo mismo con el primer Balón de Oro. Pero mis sueños eran cada vez más grandes. Supongo que así funcionan los sueños, ¿no? Yo siempre había admirado el Madrid y quería un nuevo reto. Quería ganar trofeos con el Madrid, romper todos los récords y convertirme en una leyenda del club”, destacó.

LA MUERTE DE SU PADRE Y LOS PROBLEMAS DE SU HERMANO

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Su papá, Dennis Aveiro, era alcohólico. Fue siempre un capítulo duro en la vida de Cristiano. Una tristeza que alcanzó su punto más trágico el 7 de septiembre de 2005, murió por una crisis renal a causa del alcohol.

Cristiano estaba concentrado con Portugal y se reunió con su seleccionador para decirle que deseaba jugar el partido frente a Rusia, valedero para la clasificación del Mundial de Alemania 2006. Posteriormente, Ferguson le permitió volar a Funchal para acudir al entierro y se perdió nada menos que un derbi contra el Manchester City.

La vida ha sido ruda para Cristiano. No solo su padre era una preocupación eterna. Su hermano mayor, Hugo, cayó en las drogas.

El futbolista lo ha rescatado en numerosas ocasiones de este problema. Ha pagado mucho dinero en grandes centros de rehabilitación para que su hermano mayor saliera de esa tragedia. Lo consiguió, pero Hugo se perdió luego en el alcohol. Y ahí estuvo Ronaldo para ayudarle.

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SU SECRETO

Contemos un secreto. Una apuesta. Antes de la final de la Champions ganada frente al Atlético, CR7 consiguió que Hugo apostara que si el Madrid era campeón, dejaría el alcohol. El conjunto blanco triunfó. Cristiano regaló su camiseta de campeón a su hermano. Ambos lloraron abrazados.