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Y es que Messi renunció a marcar su primer triplete de la temporada ya que decidió ceder un lanzamiento de penal al uruguayo Luis Suárez.
A los 92 minutos, el delantero uruguayo punteó una pelota dentro del área y fue derribado por el arquero Axel Werner, por lo que el árbitro sancionó penal a favor del Barça. Inmediatamente, el charrúa tomó el balón y se lo dio a su capitán, encargado de lanzar los tiros desde los 12 pasos.
Aquel hubiese sido el tanto que le podía dar un nuevo hattrick al argentino y la posibilidad de quedar como único líder de la tabla de goleadores del torneo, superando a Karim Benzema. Sin embargo, Messi le devolvió la esférica y dejó que Suárez sea quien ejecute la pena máxima, haciendo que esta acción le de vuelta al mundo.