Desde ese momento, el xeneize se convirtió en un equipo más precavido, en los duelos donde se vio en igualdad de condiciones con el contrario, desde la puesta en escena hasta la ejecución de múltiples automatismos que lo llevaron a superar a sus rivales sin muchos inconvenientes.
Los de Guillermo Barros Schelotto han desplegado hasta aquí un fútbol vertical con mucha influencia de sus extremos, pero siempre manteniendo un bloque sólido en defensa y, con el asterisco, de que muta de planteamiento a la hora de jugar de local y de visitante.
Las cinco clave de Boca Juniors en la Copa Libertadores: