El central español desde el primer momento fue víctima de abucheos e insultos de parte de la afición local debido a la acción contra Mohamed Salah en la pasada final de Champions donde terminó lesionando tempranamente al egipcio.
Sergio Ramos anotó el tercer gol del Madrid tras un tiro de esquina y cuando lo hizo se fue detrás del marco a celebrar, primero llevándose la mano a la oreja y después mandando callar al público después de los silbidos que sufría cuando tocaba el balón.
Además el capitán del Real Madrid se acordó al festejar el gol de Isco Alarcón, a quien se abrazó mientras calentaba, en un gesto de compañerismo debido al momento que vive el volante donde ha sido relegado casi por completo por el nuevo entrenador Santiago Solari.