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El United se encuentra provisionalmente en el 7º puesto con 8 puntos en seis partidos, mientras que el West Ham escala al cuarto puesto, con 11 unidades.
Lo más preocupante para los Diablos Rojos es que podrían acabar la jornada a 10 puntos del Liverpool si el líder de la Premier League gana en su visita al Chelsea (10º).
Lo que ya es seguro, es que el United está a cinco puntos de su rival en la ciudad, el Manchester City, que el sábado humilló al Watford con una goleada histórica (8-0).
Más que el resultado, lo decepcionante del equipo de Ole Gunnar Solskjaer es el juego, que no parece haber mejorado respecto a la catastrófica temporada pasada.
Las ausencias por lesión de los franceses Paul Pogba y Anthony Martial, a las que se unió la de Marcus Rashford, que abandonó la cancha cojeando a la hora de juego, pueden explicar en parte el mal juego del United, pero no es la única causa.
Hubo que esperar casi una hora de juego para que los Diablos Rojos construyeran una jugada de peligro y amenazaran el arco rival con un disparo sin peligro de Scott McTominay.
Por entonces, el equipo londinense ya se había avanzado con un tanto del delantero ucraniano Andriy Yarmolenko, quien justo antes del descanso remató a la base del palo un pase del brasileño Felipe Anderson (44).
A poco para el final sentenció Aaron Cresswell con un magnífico lanzamiento de golpe franco directo que se coló por la escuadra del arco defendido por David de Gea, pese a que el español voló para tratar de salvar el gol (84).
