Este lunes se esperaba al goleador en el centro de entrenamiento del Tottenham para un test covid y unas pruebas físicas, después de las tres semanas de vacaciones que siguieron a la Eurocopa 2020, donde Inglaterra fue finalista. Pero Kane no se presentó, tal como lo hizo Gareth Bale en 2013 para forzar su salida hacia Real Madrid.
Kane todavía tiene tres años de contrato con el equipo londinense, que lleva desde 2008 sin levantar un gran título. De acuerdo con Daily Mail, el presidente Daniel Levy no tiene intención de vender a su jugador, valorado en unos 150 millones de libras (unos 175 millones de euros; 208 millones de dólares), a no ser que el City pague dicha cantidad por él.
La directiva del Tottenham habría asegurado al nuevo entrenador, Nuno Espirito Santo, antes de que tomara las riendas del equipo, que Kane no sería vendido. Sin embargo, Harry y el Tottenham tienen un ‘pacto de caballeros’ desde el año pasado, donde establecieron su salida en este mercado, según comenta Fabrizio Romano de Sky Sports.