El encuentro entre el gigante lisboeta (tercero en la clasificación) y el modesto Belenenses, que lucha por mantenerse en la élite, estuvo en duda por los numerosos casos de covid-19 (14) que han afectado al plantel y a varios miembros del cuerpo técnico de los 'Azules', que comenzaron el partido con solo nueve jugadores y con Joao Monteiro, habitual arquero, de jugador de campo.
Tampoco tenían efectivos en el banquillo.
'Fue una vergüenza el jugar aquí esta noche', criticó tras el partido el presidente del Belenenses Rui Pedro Soares, rindiendo homenaje a los 'jugadores a los que se obligó a jugar'.
El presidente había admitido este sábado en conferencia de prensa antes del partido que la entidad 'no ha pedido el aplazamiento del juego contra el Benfica'.
- 7-0 al descanso -
Encima, apenas habían pasado 25 segundos del primer tiempo cuando el Benfica anotó el primer tanto: el austriaco Valentino Lazaro centró desde la izquierda y el brasileño Eduardo Kau se lanzó a cortar la pelota en el primer palo, con la mala fortuna para él que lo introdujo en su propia portería.
Con estos precedentes, nada bueno se presagiaba para el Belenenses, que al descanso perdía 7-0, con goles del suizo Haris Seferovic (14, 39 de penal), del alemán Julian Weigl (27) y del uruguayo Darwin Núñez (32, 36 y 45).
Tras el descanso, solo saltaron a la cancha siete jugadores y uno de ellos se tiró al suelo, supuestamente lesionado, nada más comenzar, obligando al árbitro a dar por concluido el encuentro al no contar el equipo local con el número mínimo de jugadores exigido para jugar (7).
'La Liga es una vergüenza' cantaron los escasos aficionados presentes en las gradas para despedir a los protagonistas del grotesco partido.