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Al menos 400 obreros han muerto en construcciones de estadios de Catar 2022

Catar admitió errores y prometió mejorar las condiciones laborales de los inmigrantes que se van a trabajar al país sede del 2022.

2014-09-17

El emir de Catar, Tamin al Hamad al Zani, reconoció este miércoles 'errores' y prometió reformas y cambios para mejorar las condiciones laborales de los inmigrantes que trabajan en la construcción de infraestructuras para el Mundial de 2022.

'No somos un país ideal que no cometa errores', manifestó el emir en una rueda de prensa en Berlín junto a la canciller Angela Merkel, tras ser preguntado por las críticas que Catar ha recibido de ONG, sindicatos y organizaciones internacionales.

Según señaló, ya se han dado 'muchos' pasos, se han aprobado 'mejoras' y hay proyectos que tienen que ponerse en marcha para avanzar en ese camino.

Merkel aludió al tema antes de que le preguntaran los periodistas y señaló que el problema había sido abordado en la reunión mantenida con el emir en la Cancillería.

Alemania defiende 'buenas condiciones laborales' para todos los trabajadores en los países ricos, apuntó la canciller, quien señaló que el emir le había garantizado que reaccionaría ante las críticas de la comunidad internacional.

El pasado mayo el emirato anunció ya un paquete de reformas laborales que, entre otras cuestiones, eliminaba el polémico sistema de patrocinio o 'kafala', que impedía a los trabajadores extranjeros, la mayoría asiáticos, salir del país sin el permiso de sus patronos.

Tras sucesivos informes de ONG como Amnistía Internacional sobre los abusos y la explotación de los trabajadores inmigrantes desplazados al país árabe para construir las infraestructuras del Mundial de Fútbol, la FIFA exigió en febrero a Catar que mejoraran de forma 'urgente' las condiciones laborales de estas personas.

Según un informe de la ONG Comité de Coordinación para los Emigrantes Nepalíes (Pravasi Nepali Co-ordination Committee, PNCC) al que tuvo acceso el diario británico 'The Guardian', más de 400 trabajadores nepalíes habrían muerto en las obras de construcción de los estadios.