Carmen, la empleada en cuestión, de 41 años, se dejó grabar en la fiesta por la obtención del título de la liga regional suiza y, según publica el diario Blick, todo el equipo formaba parte del momento, mientras aplaudían y gritaban.
LA MUJER DICE NO RECORDAR NADA
Según confesó la mujer, se encontraba 'fuera de control' y cree que alguien le echó algo en la bebida porque no recuerda nada de lo sucedido.
El mandatario Ulrich Buder alegó que no podía despedir a medio equipo y por eso tomó la decisión de destituirla, además de multar a los futbolistas implicados.
'Alguien tenía que ser el culpable de los sucedido. Fui el chivo expiatorio, la víctima más fácil. No recuerdo nada de lo que sucedió', protestó la empleada.
Tras el despido, la masajista ha recibido varias ofertas de trabajo, aunque asegura que no volverá a trabajar en nada relacionado con el fútbol.