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El secreto de Messi en este cambio radical transformado en goles

Seis goles en apenas dos encuentros devuelven las sensaciones que el argentino desprendía cuando ganó sus cuatro balones de oro.

2014-11-26

Leo Messi lleva una semana espectacular. El pasado sábado, el argentino superó la marca de Telmo Zarra y se convirtió en el máximo goleador de la Liga al lograr un hat-trick contra el Sevilla. Anoche, 'La Pulga' repitió hazaña. Sus tres goles al Apoel le colocan como máximo goleador de la Champions League superando, a su vez, a Raúl.

Seis goles en apenas dos encuentros que devuelven las sensaciones que el argentino desprendía cuando ganó sus cuatro balones de oro de forma consecutiva y que llega después de haber acumulado tres choques consecutivos en Liga sin ver puerta.

¿A qué se debe esta mutación? ¿Por qué este cambio tan radical ya no sólo en goles, sino también en imagen y estilo? El secreto se pueda encontrar en su tercera reconversión, ésa a la que le ha sometido Luis Enrique para transformarle en un extremo derecho diferente al que era cuando jugaba de la mano de Frank Rijkaard.

De la mano del holandés, Messi se ocupaba más de desbordar hacia adentro por velocidad para buscar el remate a pierna cambiada. Una técnica que ahora sigue ejerciendo desde ese puesto, pero más que como recurso que como único objetivo.

Ayer, contra el Apoel (al igual que el sábado, contra el Sevilla), Messi hizo mucho más. Fue, en verdad, el canalizador del juego blaugrana. El argentino dio un total de 105 pases (el 89% acertados) y se convirtió en el tercer jugador que más pases dio en su equipo por delante de Alves (126) y Mascherano (117). Una nueva cualidad que, eso sí, mostró acostado en la banda derecha y con libertad para luego moverse por todo el campo.

DIESTRO

Buena prueba de esta libertad de movimiento es que ninguno de sus tres goles llegó precisamente por estar ocupando el lado diestro.

Valga también este gráfico en el que se puede comprobar cómo el '10' partía de la banda para ser dueño de todo el campo.

Pero este gráfico muestra algo más que las zonas por donde se movió. Demuestra también que Messi recorrió casi todo el campo para, por ejemplo, dejar muestras de sus dotes defensivas.}

En este aspecto llamó la atención el esprint de casi 50 metros que se dio en el inicio de la primera parte para evitar una contra del Apoel que él mismo había propiciado. Leo recuperó el esférico casi como si fuera un lateral. Un esfuerzo que se reflejó también en la distancia recorrida: 8.624 metros.

El resto del equipo se lo agradeció jugando para él en todos los aspectos, tanto ofensivos (sus compañeros le buscaban con especial frecuencia) como defensivos. En este sentido, una vez fue expulsado Rafinha, Luis Suárez cambió de puesto para dejarle a Messi el carril central y ocuparse él mismo de las tareas defensivas que debería haberle correspondido a la Pulga.

SUS OTRAS CONVERSIONES

Una mezcla de factores que dio como resultado un Messi diferente, frenético, vertical y creativo capaz de ver puerta con la misma facilitar que antaño sin despreciar la capacidad para asistir del arranque de temporada

Esta es la tercera reconversión toda vez que la primera fue su paso del puesto de extremo derecho puro a falso '9' y la segunda, el intento de Luis Enrique de transformarlo en un mediapunta que ocupaba el vértice ofensivo del rombo en el centro del campo.}

El asturiano decidió apartarlo de este último rol después de jugar contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. El motivo fue la entrada de Luis Suárez, al que 'Lucho' trató de ubicar en un primer momento en la banda. Frente al Celta y contra el Ajax (en Amsterdan), el asturiano trató de repetir la fórmula, pero ni el uruguayo se sentía cómodo ejerciendo de '7' ni a Messi se le notaba cómodo arrancando desde tan lejos. Al menos cómodo de cara a puerta. En aquellos días Leo repartía asistencias, pero no marcaba goles.

Fue justo en la segunda mitad del partido de Amsterdam cuando Luis Enrique devolvió a Luis Suárez al centro y colocó a Messi en la derecha. La fórmula funcionó. Ante este éxito (Messi hizo doblete), el preparador repitió fórmula en los siguientes partidos al igual que lo hizo Tata Martino con Argentina.