Aimar, de 35 años, comenzó a trabajar con River en una especie de pretemporada hace algunas semanas y en torno a él se han creado grandes expectativas, no solo por parte de los aficionados millonarios, sino también del resto del fútbol de Argentina.
En cualquier caso, la lesión no cede y el exfutbolista del Valencia medita cada vez más la posibilidad de colgar las botas para siempre.
La magia de una de las épocas más doradas del club se encuentra justo al borde de la retirada. Esta es precisamente la opción que gana cada vez más peso en los últimos días.
Por el momento deberá operarse y después tendrá que afrontar un periodo de recuperación que lo mantendrá alejado de los terrenos de juego por un plazo mínimo de tres meses, habida cuenta que el tratamiento que llevaba a cabo de kinesiología no surtía el efecto deseado. Su regreso a River Plate se retrasa hasta el mes de junio... En el mejor de los casos.