Esta vez ningún miembro de la familia se quedó en casa, Shakira se llevó con ella a sus dos hijos, Sasha y Milan, para disfrutar junto a ella del encuentro ante el Valencia de este sábado.
Gerard incluso se animó a sacar a Milan y Sasha al campo, llevando a ambos en brazos como un orgulloso papá, y los niños no tardaron en convertirse en las estrellas del Camp Nou.
Al igual que su hermano, Sasha llevaba la indispensable camiseta azulgrana con su nombre escrito. Pese al alboroto habitual de los estadios durante los partidos de fútbol, el pequeño parecía relajado y agusto durmiendo en los brazos de su madre. Tampoco le pusieron nervioso los aplausos ni el ruido del público cuando Gerard paseó con ellos en brazos por el césped, e incluso dirigió a las cámaras una mirada curiosa desde el hombro de su papá.
Más acostumbrado que su hermano a acudir a animar a su padre en los partidos, Milan Piqué se mostró totalmente desenvuelto en el partido.