Un año ha pasado de aquél cotejo y aún les duele recordar ese momento que aún cala en la esperanza de algún día jugar el anhelado quinto partido. Pareciera que fue ayer para los mexicanos.
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El gol de Giovani dos Santos al 48' frente a Holanda, en octavos de final, fue clave para que la atmósfera positiva se desplegara en el estadio Castelao y en todo México.
“Cruel final de sueño mexicano (2-1)” fue el titular de la FIFA en su reporte del cotejo. No era para menos. En tan sólo cinco minutos, los finales del cotejo, Holanda le arrebató la victoria al combinado azteca.
Un gol de Wesley Sneijder al 88’, puso a temblar a los dirigidos por Miguel Herrera. Pero todo acabó cuando al 90’, cuando Rafael Márquez derribó dentro del área a Arjen Robben. El eterno enemigo nació aquella tarde de domingo.
Las ilusiones se vinieron abajo. Los reclamos no se hicieron esperar. Las redes sociales se colapsaron. El Hashtag #NoEraPenal se posición en Twitter alrededor del mundo. La indignación de la afición azteca se apoderó de todo. La esperanza en que Guillermo Ochoa detuviera el balón que patearía Klaas Jan Huntelaar, fue unida en una misma por más de 100 millones de mexicanos. Todo fue en vano.
Tras la anotación del holandés, los elementos vestidos de playera verde miraron al cielo, otros se llevaron las manos a la cara, algunos optaron por agacharla; unos cuantos pusieron las manos en la cadera; nadie lo podía creer. La decepción fue tan grande como la indignación del pueblo mexicano que no dejó de irse en contra de Robben, acusándolo de ‘aventarse clavado’; se dijo uno y otra vez que #NoEraPenal.
