Pero de la noche a la mañana, todo eso cambió. La tragedia llegó a su vida y aquel talentoso que brilló como pocos, se desvaneció y pasó de ser llamado 'crack' a un trotamundo, que pasaba con más pena que gloria en cada uno de los clubes que le fichaban.
En un reportaje para ESPN, Nery Castillo deja claro que hay depresiones que duran años. Episodios profundamente dolorosos y que toman toda una vida para poder sobrellevar y, a veces, ni eso.
El jugador relató el difícil momento que pasó después de una tragedia familiar, cuando perdió a sus padres, Nery Castillo Sr. y Myriam Confalonieri, en 2009.
'Al faltar mi padre, prácticamente perdí todo', dijo Castillo al recordar el momento en el que toda su vida dio un giro tan radical y del que aún no se recupera.
'Ucrania era un país que no conocía; sabía que hacía un frío de morirse y no soy de aguantar eso. Sabía que iba a ser un poco difícil pero ya tenía muchos problemas familiares, de mis padres, tenían cáncer los dos. Los tenía lejos. Ellos estaban en Uruguay y yo en Ucrania', explicó.
'Shaktar es una ciudad minera y eso le afectaba a mi mamá por el cáncer. Lo pasaba mal, se mareaba y se tuvieron que ir a Uruguay, y saber que iba a estar lejos y en cualquier momento se podían morir por su enfermedad fue algo muy fuerte para mí y no lo supe llevar', agregó.
EL MOMENTO DURO, LLEGÓ
Nery intentó enfocarse en rendir dentro de la cancha, pero no lo lograba, el cáncer que agobiaba a su padre y a su madre, se lo impedía.
Al ser consultado sobre cómo ha sobrellevado la ausencia de sus progenitores, Castillo no lo entiende aún, se autoanaliza y cada paso que ha dado, le ha costado lágrimas de dolor...mucho dolor.
Nery tiene tatuado en su pecho, los rostros de sus padres ya fallecidos.