Internacionales

Chase Hilgenbrinck, el futbolista que dejó su carrera por el llamado de Dios para ser sacerdote

El joven estadounidense comenzaba a destacar como defensor en el fútbol profesional, pero decidió seguir su carrera espiritual.

2016-05-06

Desde pequeño, Chase Hilgenbrinck tuvo una vida muy apegada al catolicismo en su natal Quincy, en el estado de I llinois en Estados Unidos.

Claro que jamás pensó en aquel entonces que terminaría convirtiéndose en cura y que dejaría de lado otra de sus grandes pasiones: el fútbol.

Cuando el estadounidense Chase Hilgenbrinck comenzaba a destacar en el fútbol profesional, Dios lo llamó a ser sacerdote.

Foto: Diez

Cada domingo sus padres los llevaban a él y a su hermano Blaise a Misa. Ambos eran monaguillos de la Holy Trinity Church en Bloomington, Illinois.

Y es que Chase tenía un gran talento como defensor que lo llevó a ser parte de la Selección Sub-17 de Estados Unidos y luego tuvo una destacada actuación en el fútbol universitario.

Fue así como lo descubrió Claudio Arias, un entrenador chileno que lo invitó a que probará suerte en su país.

A pesar de la distancia y la incertidumbre, el joven norteamericano se probó el 2005 en Huachipato y quedó.

Foto: Diez



Luego, los acereros lo mandaron a préstamo a Deportes Naval y posteriormente pasó a Ñublense, club al que ayudó a ascender a la Primera División.

En su estadía en Chile, Chase muchas veces se sintió solo inmerso en una cultura distinta, por lo que siempre buscó refugió en su fé católica.

'Empecé a ir a misa durante la semana. Allí me sentía cómodo, en casa, sentado en frente de Él que está en el tabernáculo, donde yo le hablaba”, sostuvo al sitio web portaluz.

Un día de 2007, en la Parroquia de La Asunción, en Concepción, le dijeron unas palabras que cambiaron radicalmente su vida. 'Sé mi sacerdote', escuchó decirle a Dios.

Foto: Diez



Pese a resistirse en un comienzo, finalmente opta por dejarlo todo, incluida su novia, y regresar a Estados Unidos, donde siguió jugando hasta fines de 2008 para luego comenzar con otra carrera, la de diácono.

“Cuando juegas fútbol tienes que mejorar cada día. Es lo mismo con la fe. Tienes que mejorar cada día más y buscar las oportunidades para profundizar tu relación con Cristo”, compartió con el Catholic Post.

Antes de ingresar al St. Mary’s Seminary, Chase jugó en dos equipos: en los Colorado Rapids y en el New England.

El contrato con este segundo club tenía una cláusula que le permitía desligarse del equipo el 1 de julio, la misma fecha en que se esperaba el ingreso de los nuevos seminaristas, algo que él entendió como un signo providencial.

“Quiero ser una luz para Cristo. Esto se trata de Él, no de mí”, afirmó en una entrevista.