El periódico Click de Rumania informa horas después de su muerte que el futbolista no recibió los primeros auxilios que pudieron salvarse.
La ambulancia que estaba en el estadio tardó 2 minutos con 45 segundos para poder asistirlo y trasladarlo al hospital más cercano al estadio donde se jugó el partido.
Tampoco la ambulancia, según Clik, estaba suficientemente equipada, pues no tenía un desfibrilador, este aparato electrónico que envía impulsos de corriente eléctrica al corazón de forma sincronizada y con una intensidad determinada.
De hecho, algunos aficionados silbaron al personal médico por su tardía intervenció en hacer ingresar la ambulancia.
Ekeng fue trasladado al hospital Floreasca en las afueras del estadio Dinamo, luego los jugadores y técnicos entraron en estado de shock cuando Ionel Danciulescu, miembro del personal administrativo de Dinamo, recibió la llamada donde disparó en llanto al confirmarse su muerte.