Repasá la tabla de posiciones de la Champions League
Los de Ernesto Valverde, salvo los diez primeros minutos del segundo tiempo, firmaron un convincente ejercicio, basado en la solidez, la solidaridad y una asfixiante presión que nunca pudo superar el equipo de Spalletti.
Sin Messi, cómodamente instalado hoy en la grada junto con su hijo Thiago, la versión B del Barça ofreció apuntes interesantes como se vio desde el inicio.
La primera parte fue de manual. Como nadie puede hacer de Messi, el técnico pensó en el perfil de Rafinha, un mediocampista con llegada en segunda línea, y el Barça firmó un fútbol armonioso, con mucho control, con toque y que no dio apenas opciones al rival.
Precisamente Rafinha fue el protagonista de las acciones de mayor peligro. Remató flojo en el 20, no acertó después de una gran combinación con Alba y Luis Suárez en el 28, pero no falló a la tercera.
Inició una conducción en el 32, cedió el balón sobre Suárez convertido en interior derecho y el centro perfecto del uruguayo lo remató sin dejarla botar Rafinha para el 1-0.
El Inter salió con otra idea del vestuario. Con Politano por Candreva, Spalletti le dio más presencia a la banda derecha interista, los italianos presionaron con más criterio y el Barça lo pasó mal.
En los primeros diez minutos, los lombardos dieron un paso hacia adelante y tuvieron un par de buenas llegadas. Ter Stegen tuvo que salvar un envenenado centro-chut de Politano y el mismo jugador no aprovechó un error de Arthur en el minuto 51.
Ya sin Rafinha, sustituido por Semedo en el 72, ni Arthur por Arturo Vidal, el Barça rehizo su centro del campo buscando más presión y ya no sufrió más, al contrario le penalizó su falta de acierto ante Handanovic hasta que Jordi Alba, en el minuto 83, remató cruzado para decidir el partido (2-0).
Al final el Camp Nou acabó coreando a Leo Messi y espera con confianza el próximo encuentro: el del próximo domingo ante el Real Madrid, uno de los días más grandes de la temporada.