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El Camp Nou, mayoritariamente rojiblanco y menos blaugrana que nunca

En la final de Copa del Rey Barcelona-Athletic Bilbao, los visitantes fueron mayoría.

2015-05-30

El Camp Nou, santuario del FC Barcelona, presentó este sábado, en la final de la Copa del Rey, un color mayoritariamente rojiblanco y menos blaugrana que nunca cuando el conjunto culé juega en su estadio.

Se podría decir que, como ocurrió hace seis años en Mestalla y tres en el Vicente Calderón, las anteriores finales de Copa en las que se midieron ambos equipos, la proporción es de dos tercios del campo para los seguidores bilbaínos y un tercio para los locales, aunque hoy el Barça sea oficialmente el equipo local.

Ya se notó en el acceso a las gradas que los seguidores vascos iban a ser más, ya que empezaron a llegar antes y se diseminaron por un amplio sector de los graderíos. Y también gritaron más: 'Athleeetic, Athleeetic, Geuria (El Athletic es el nuestro)'; Barça entzun, Athletic txapeldun (Barça escucha, el Athletic campeón)'.

Aunque fueron rápidamente respondidos: 'Oe, oa, ser del Barça és el millor que hi ha (Oe, oa, ser del Barça es lo mejor que hay).

Era el calentamiento de las aficiones, que pitaron la primera salida a tomar contacto con el césped y el posterior regreso a vestuarios de sus rivales.

Arreciaron los pitos al anunciarse las alineaciones por megafonía. Más atronadores los rojiblancos, por su superioridad numérica.

Un abrazo entre los capitanes de ambos equipos, Carlos Gurpegui y Xavi Hernández cuando se encontraron entre los dos banquillos y los enormes mosaicos de ambos equipos dieron paso al único momento en el que las dos aficiones se pusieron de acuerdo, que fue cuando sonó el himno nacional, al que pitaron.

Ya con toda la atención puesta sobre el terreno de juego, comenzó el partido. Sacó el Athletic y el Barça, curiosamente, atacó de inicio hacia la portería que no acostumbra. Como si el Athletic hubiese elegido saque y campo.

Irrelevancias de los prolegómenos de un partido que comenzó mejor el Athletic. Aunque el encuentro para el equipo rojiblanco, como ayer adelantó ayer su técnico, Ernesto Valverde, promete ser largo, muy largo.