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Cristiano, que encaraba este choque con ganas de revancha tras la expulsión recibida el miércoles en Mestalla contra el Valencia en la Liga de Campeones, desequilibró un partido que se le estaba poniendo cuesta arriba a la Juventus, ante un Frosinone valiente.
La Juventus saltó al campo en el estadio Benito Stirpe con un once muy ofensivo, con Cristiano, el croata Mario Mandzukic y el argentino Paulo Dybala en la delantera y con el colombiano Juan Cuadrado de lateral derecho.
Los turineses dominaron completamente el duelo, pero el Frosinone logró defenderse con gran compromiso, con todos sus hombres detrás de la línea del balón, lo que hizo muy complicado el trabajo de los 'bianconeri'.
Tras una primera mitad sin ocasiones claras, la Juventus subió aún más la presión y empezó a rematar de forma peligrosa a la portería de Marco Sportiello.
En el minuto 59, Cristiano desaprovechó una gran asistencia de Federico Bernardeschi y remató alto. Cuatro minutos después, lo intentó con un taconazo que Sportiello logró detener.
El portugués estaba visiblemente fastidiado por no lograr aprovechar esas oportunidades y resolver el partido de un Juventus que también se acercó al tanto de la ventaja con un cabezazo de Mandzukic en el 70 que salió alto por muy poco.
Sin embargo, el olfato goleador de CR7 terminó castigando al Frosinone, cuando en el minuto 80 el portugués aprovechó un rebote en el área de penalti para rematar el balón con la pierna izquierda y sorprender a Sportiello en el primer poste.
Ese gol acabó con el muro de un Frosinone que terminó concediendo a pocos segundos del final la diana del definitivo 2-0, firmada por el internacional italiano Federico Bernardeschi al contragolpe.
La Juventus mantuvo de esta manera su liderato, con 15 puntos en 5 partidos, en un curso en el que los turineses buscan conquistar su octavo título liguero consecutivo.