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La historia del Mundial España 1982 que nunca se olvidará

Fahd Al-Ahmad Al-Sabah era hermano del máximo gobernante de Kuwait.

2016-09-17

El jeque Fahd Al-Ahmad Al-Sabah protagonizó una surrealista escena durante la Copa Mundial de Fútbol de 1982 en España.

En el partido del 21 de junio que enfrentaba en Valladolid a las selecciones de Francia y Kuwait, se escuchó un pitido desde la grada en una jugada legal que suponía el 4-1 para Francia.

En aquel momento bajó el jeque al terreno de juego y reclamó al árbitro. Tras una discusión de 10 minutos, el árbitro soviético Miroslav Stupar, no solo acabó anulando el gol legal, sino que expulsó del terreno al entrenador francés Michel Hidalgo.

Foto: Diez

LA HISTORIA

La escena, en el recién estrenado Nuevo Estadio José Zorrilla de Valladolid. Allí, en el marco de la primera fase del Mundial de España, se enfrentan la potente selección francesa y la debutante Kuwait.

Los kuwaitíes venían causando sensación desde su llegada a tierras hispanas. En primer lugar se habían traído a la península un camello como mascota, que dejaban, sano usufructo, en un zoológico mientras se desplazaban a entrenamientos y encuentros. Además la delegación de Kuwait no comprendía solo a jugadores, cuerpo técnico y el simpático ungulado, sino que también estaba compuesta por diversos miembros de la familia gobernante en el país. Y fue uno de ellos, Fahd Al-Ahmad Al-Sabah.

Cuando el reloj marcó el minuto 80 del partido y los franceses ganaban por un cómodo marcador de 3-1. Entonces sucede lo inesperado. Alain Giresse, jugador francés, se interna entre la defensa kuwaití, que de forma totalmente incomprensible queda petrificada, y anota el cuarto gol.

Los del Golfo Pérsico se quejan, dicen que un silbato ha sonado desde la grada y que pensaban que el árbitro había pitado, que por eso no han corrido. Se monta un buen problema en el campo… pero de pronto todas las miradas se vuelven. Al palco. Qué pasa, qué está ocurriendo.

Foto: Diez



Allí Fahd Al-Ahmad Al-Sabah protestaba de forma enérgica. Le pedía a sus jugadores que se retiraran del campo. Y lo de “sus” jugadores no es una frase hecha, ya que este jeque era el presidente de la Federación Kuwaití de fútbol, así como del Comité Olímpico de su país. Seguramente el hecho de que fuera hermano de Yaber Al-Ahmad Al-Yaber Al-Sabah, Emir y máximo gobernante del pequeño país pérsico, tenía también algo que ver con su ascendiente sobre los muchachos, que observan la escena atónitos. Pero lo mejor estaba aun por llegar.

El jeque desaparece del palco mientras el juego sigue parado… para hacer su aparición en el césped del José Zorrilla poco tiempo después. Aparición, por cierto, muy celebrada por un público consciente de estar asistiendo a uno de esos momentos épicos que todo el mundo recuerda años después. Llama la atención que el jeque no solamente no tuviera problemas para saltar al campo (y los periodistas saben lo complicado que es situarse incluso en los aledaños de la hierba) sino que incluso fuera custodiado por agentes de la Policía Nacional con su uniforme marrón cañí.

Foto: Diez



Allí se acerca a hablar con el árbitro, el soviético Miroslav Stupar, y comenta amigablemente con él los detalles de la jugada. Debió de ser convincente, porque el simpático colegiado accedió a anular el gol tras solo diez minutos desde que el balón entró en la portería. Los franceses, estupefactos, no saben si reír o llorar.

Sin duda alguna que esta imagen ha quedado para la historia, y sus protagonistas ya siempre iban a estar ligados a ella. Stupar fue sancionado por la FIFA después del incidente, y se le retiró su licencia internacional. Kuwait quedó eliminado en la primera fase de aquel Mundial, después de sumar solo un punto en tres partidos (un sorpresivo empate frente a Checoslovaquia en su choque inaugural), y encajar seis goles.

Fahd Al-Ahmad Al-Sabah murió asesinado una semana antes de cumplir los 45 años, durante la invasión de Kuwait por parte de Irak que dio comienzo.