La Selección

El enorme gesto de Maynor Figueroa en el entierro del utilero de la Selección

Jaime Varela, quien por más de 25 años fue el jefe de utilería de la Selección, falleció en Tegucigalpa y Maynor Figueroa llegó desde EUA para despedirlo

2017-11-21

El capitán de la Selección de Honduras, Maynor Figueroa, no lo pensó dos veces, tomó un avión desde Dallas, Texas, donde pasa vacaciones y fue de los pocos jugadores que estuvo en el sepelio del eterno utilero de la Selección de Honduras, Jaime “El Chele” Varela.

Muy tocado por la noticia, al saber que un hombre que en toda su carrera en la Selección (2003 hasta la actualidad), le preparaba los tacos, su camisa y le tenía listo el agua y una toalla, Maynor estuvo hasta el final como hacen los verdaderos capitanes.

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Jaime Varela, falleció en Tegucigalpa este lunes por la madrugada a consecuencia de un paro cardiaco. Fue jefe de utilería de la Selección Nacional por más de 25 años. Era famoso conduciendo el autobús de la utilería, colocando los uniformes en su sitio.

Hay muchas anécdotas. Tras finalizar un partido, era el primero en llevar a la lavar la ropa y el último en acostarse cuando tenía todo listo. Maynor sin duda no olvida todo lo que hizo por él y por eso hoy le dio su último adiós.

Foto: Diez

El capitán de la Selección de Honduras, Maynor Figueroa, presente en el adiós al Chele Varela.

Recientemente, Jaime Varela, una semana antes de morir, le escribió una emotiva carta al capitán de la Selección de Honduras, que hoy fue revelada por el jefe de prensa de la Fenafuth, Edwin Banegas en la que le hace saber su admiración.

AQUÍ LA CARTA ÍNTEGRA DEL CHELE VARELA A MAYNOR:

De Jaime Varela a un Capitán. Para mi querido guerrero:

Maynor, gracias por todo lo que pude compartir con usted dentro y fuera de la cancha. Me duele mucho la eliminación, pero lo que más duele es no haber podido estar en esa batalla que hicieron todos.

Te agradezco en el alma todo lo que hiciste por mí y mi familia. Gracias porque luchamos por muchos años en la cancha. Lloramos de alegría y de tristezas.

Gracias a nuestro Dios por todo lo que me regaló al haber compartido con una persona tan noble y caballeroso como lo fuiste siempre. Te deseo lo mejor para vos y toda tu familia. Sabes que aquí tenés más que un amigo.

Sos un ejemplo a seguir para las futuras generaciones. Y no me cabe la duda que nos volveremos a encontrar en una cancha de fútbol para seguir celebrando y disfrutando lo que más nos gusta hacer.
¡Gracias mi gran capitán que el señor te siga bendiciendo hoy mañana y siempre!